Entre los argumentos de «peso» de los que quieren la recuperación de la ecotasa es la poca importancia de la cantidad que pagará cada turista. Total, solo es un euro, insisten. Si un turista puede gastarse cientos de euros en sus vacaciones, ¿cómo no se podrá pagar un euro más? Demos por bueno este argumento, pero el otro día un diario de Palma hacía una encuesta entre residentes sobre el pago de la ecotasa por parte de los ciudadanos de Balears. La respuesta fue unánime: no quieren pagar un euro por alojarse en un hotel de las Islas. Y yo me pregunto: ¿no decían que solo era un eurillo, que no podía afectar ninguna economía familiar, y menos la de los turistas alemanes o británicos? Pues no, los residentes no quieren pagar un euro más en su casa. Los que sí pueden permitirse unos días de vacaciones en un hotel no están dispuestos a pagar la ecotasa. Un euro es poco cuando lo tiene que pagar un turista, y que además ayuda a mejorar nuestra economía, pero es mucho cuando lo tenemos que abonar nosotros. A mí me parece un ejercicio de cinismo total y absoluto. No dejaré de disfrutar de un hotel por pagar un euro, pero sí me preocupa, y mucho, si dejan de venir 100.000 o 200.000 turistas el próximo verano por culpa de un experimento que ya fue un rotundo fracaso cuando se puso en marcha hace casi 15 años. Sí me preocuparé si el dinero de la ecotasa sirve para financiar proyectos de dudosa utilizad (véase un edificio en Palma que sigue en ruinas) o si se hace una campaña para anunciar que con la recaudación del impuesto se rehabilitarán zonas medio ambientalmente contaminantes. Yo pagaré el euro con gusto si tengo la oportunidad de ir a un hotel de las Islas, pero me molesta mucho el doble discurso de algunos. Y la hipocresía, mucho más.