Seguramente muchas veces habré opinado sobre temas de los que tenía alguna noción. Algunos, ni la más mínima idea y es cuando el oficio te permite dar vueltas para no quedar mal con nadie. En este caso escribiré sobre algo que conozco. Se trata de la televisión autonómica, IB3.

Acabo de ver que la consellera de Transparencia, la que no quería interferir, ha anunciado que el Govern convocará un nuevo concurso para los servicios informativos. Error, gran error. El concurso se tiene que convocar porque el actual contrato caduca y es una obligatoriedad. Puede prorrogarse un año, pero IB3, no el Govern, puede convocar un nuevo concurso.

Yo iría mucho con cuidado con lo que se dice porque que el Govern haga una declaración de intenciones sobre lo que quiere hacer con el concurso se puede utilizar en su contra. Hay recursos y esas cosas que pasan en democracia y la actual empresa no está dirigida precisamente por becarios que acaban de llegar a este negocio. Por otro lado, creo haber leído que se quieren dar los informativos a una empresa de las Islas. Maravilloso, oiga, muy patriótico, pero la Constitución impide discriminar a empresas por su situación geográfica. Igual la señora Camps, que increíblemente ha llegado a consellera, lo ignora, lo cual me preocuparía mucho más. Por último, conviene aclarar que el actual contrato de informativos fue adjudicado en el último año del Pacte, y no por el equipo nombrado por el Govern de Bauzá, y que durante estos años el servicio ha sido eficaz y respetuoso. Lo lamentable, y lo peligroso, es que siga habiendo políticos que hablen de lo que no saben, que no tengan ni la más mínima idea de lo que llevan entre manos, y que haya palmeros que les rían las gracias. Así nos va.