Una de las cosas más difíciles en esta vida es negar la evidencia y, nos guste o no, miles de personas se desplazan cada temporada de verano para disfrutar de las discotecas de la isla y en los últimos años productos de ocio como los beach club.

Que prime más la cara de ocio nocturno y diurno, sin embargo, no significa que no se pueda disfrutar de la gastronomía, la naturaleza, las actividades deportivas y las playas. Todos sabemos que Eivissa tiene mucho que ofrecer. Pero hay que reconocer que el hecho de que se celebre un congreso internacional de ocio en Eivissa, referente mundial en este ámbito, es positivo en tanto que se abre un debate sobre qué se ha hecho, cuál es la situación actual y hacia dónde debe encaminarse esa oferta de ocio para mantener y mejorar la marca Ibiza. El empresario ibicenco y presidente de la International Nightlife Association, Abel Matutes Prats, reconoció ayer que los empresarios de ocio deben hacer autocrítica y lanzó un mensaje claro a la Administración: deben atajar el intrusismo y la competencia desleal. Por su parte, el president del Consell d’Eivissa asumió que la isla no puede prescindir del ocio nocturno y lanzó otro mensaje claro a los empresarios: la isla no es un parque temático y los empresarios deben cumplir las ordenanzas y leyes y apostar por las buenas prácticas. Ambas partes tiene razón, no se puede negar, pero esto de echar sutilmente la ‘culpa’ a otro ya cansa porque en la isla existe esa sensación del ‘todo vale’ propiciada, entre otros motivos, por la falta de medios y contundencia por parte de las administraciones para atajar problemas que año tras año se repiten, como el intrusismo en todos los sectores, lo que a su vez genera que los empresarios que pagan impuestos, son legales y dan empleo legal lleguen al hartazgo. Es un círculo vicioso que la isla y sus gentes deben romper por el bien de todos.