Hace unos días confirmé por la prensa algo que ya me habían comentado los amigos y me resistía a tomar en serio. Que internet también está infestado de psicólogos (ciberpsicólogos) ofreciendo sus terapias on line, igual que en la realidad y en todo lugar conocido o desconocido que imaginarse pueda. No por cibernéticos, menos psicológicos, desde luego. Según leí, sólo en España hay más de cuatro mil de estos ciberpsicólogos, muy tecnológicos, atendiendo en línea y en varios idiomas (las redes son muy políglotas) a clientes necesitados de terapia y cosas por el estilo. Figúrense los que habrá en el mundo en general, es decir, en la suma de realidad analógica y digital. Incalculable. Yo no entro jamás en internet, porque hace muchos años me avisaron de que ese lugar estaba lleno hasta los topes de mujeres desnudas, y siendo yo un caballero, y además muy discreto, me pareció de mal gusto espiar a señoras en la intimidad (con la intimidad puesta). Y si bien parece que esto de las mujeres sigue igual, o incluso hay más desnudas que hace veinte años, como todo lo que puede empeorar empeora, a ellas se han unido miríadas de psicólogos, clínicos, cognitivos o del montón. Así que si antes tenía motivos para no entrar nunca en Internet, ni loco, figúrense ahora. ¿Y es peor lo primero o lo segundo? Lo segundo, sin duda. Si un caballero, por decencia, no entra donde hay mujeres desnudas, mucho menos entrará donde hay psicólogos. Lo que nos lleva de rebote a la gran pregunta ¿Queda algún lugar en el universo exento de psicólogos? No. Y como toda gran pregunta genera más preguntas pequeñas, de actualidad, llegamos al tema de hoy. Puesto que la NASA ha descubierto que en Marte hay agua, ¿cabe suponer que también habrá psicólogos (o ciberpsicólogos) en Marte? La respuesta es rotunda. Los hay, y en cantidad. Psicólogos y ciberpsicólogos, que a su vez pueden ser terráqueos, marcianos o cósmicos. Constatación definitiva: hay psicólogos en todas partes, todas, al tratarse de una rara forma de vida extremadamente ubicua, y más abundante que las mujeres desnudas, que ya es decir. Con más gancho comercial todavía. ¿Y esto es grave? Es igual. Tampoco pienso ir a Marte.