Estamos en otoño, pero la temporada de invierno ya ha entrado en el aeropuerto de Eivissa y, por tanto, se vuelven a reducir considerablemente las conexiones aéreas para salir y entrar de la isla. Por más años que pasen, nunca te acabas de acostumbrar a comparar el espectro aéreo que tiene la vecina Mallorca con el que tenemos en las Pitiüses. Cada invierno, el hecho de que ganemos una nueva ruta o más vuelos con los destinos de siempre es un triunfo porque rompemos un poquito más el aislamiento, pero es inevitable mirar de reojo lo que tiene la mayor de Balears y con lo poquito que nos conformamos, mal que nos pese, en Eivissa y Formentera. Mallorca suma este invierno 121 rutas (28 más que el invierno pasado) de las que 37 son nacionales y 84 internacionales. En Eivissa y Formentera tenemos 16 rutas, cuatro más que el invierno pasado, de las que 14 son nacionales y dos internacionales. Lo curioso es que cuando leemos que hemos ganado cuatro rutas más sólo nos falta dar palmas con las orejas de la felicidad que sentimos. Pero lo cierto es que sigue siendo una auténtica, y cara, odisea salir y entrar a Eivissa en los meses de temporada baja e invierno. Ahora hay dos conexiones internacionales, pero atrévete a coger el vuelo a London City sin que se resienta medio mes (o más) tu bolsillo. Y no sólo para ir a Londres; intenta comprar un vuelo a Madrid, incluso con tres meses de antelación, para ir, por ejemplo, la semana antes de Navidad. Ah, no, que ya no quedan. Con la entrada de Air Europa en el mercado interislas han caído los precios, pero no lo suficiente. Los años pasan y seguimos hablando de que hay que conseguir hacer atractiva la isla en invierno para que las aerolíneas sigan apostando por ella cuando no es verano. Pero, ¿y si buscamos la manera de que las aerolíneas que vuelan en verano se comprometan realmente a hacerlo en invierno?, ¿las podríamos obligar?