El Govern ha incluido en los presupuestos su propuesta para enlazar mediante un tranvía el aeropuerto y Vila. La idea es atractiva, sostenible y mejoraría el transporte público, pero ¿realmente es necesario? ¿han calculado cuánta gente utiliza el transporte público hasta el aeropuerto en invierno? ¿Y en verano? Sospecho que el Govern será razonable y confirmará que el coste no compensa la gran inversión que debería hacerse. Por lo tanto, me atrevería a decir que el tranvía nunca se hará y que todo seguirá igual que ahora. Quizás sería mejor idea reforzar el servicio de autobuses en los meses de verano, que tienen una periodicidad de 20 minutos. En invierno la clientela se puede contar con los meses de una mano. Yo soy uno de sus fieles clientes invernales. Porque mucho me temo que hay algunos políticos que hablan de transporte público y nunca han cogido un autobús y habitualmente van en coche para ir hasta el aeropuerto, con aire acondicionado, por supuesto. Este verano me sorprendió que, cuando le pregunté al president del Consell por la carretera de Santa Eulària me hablase de carriles bicis y de un proyecto sostenible. Es genial, de verdad, pero ¿alguien tiene en cuenta las condiciones climatológicas de Eivissa, sobre todo en verano? ¿Algún iluso se cree, realmente, que habrá muchos usuarios del carril bici entre Santa Eulària y Vila con 40 grados a la sombra? Me temo que no. De verdad que estaría bien acabar con los clichés de la política progresista en favor del transporte público y las bicis cuando las inversiones que deberán hacerse no compensan, de ninguna manera, el número de usuarios. Porque ahí tenemos el metro de Palma hasta la Universitat. Tiene un millón de usuarios al año y se calculaban doce. Hagan números de lo que cuesta al año.