La música electrónica se esfuma con los meses de calor mientras que el frío invernal deja resonar por las calles ibicencas la esencia de los clásicos de ayer y hoy, esas bandas que nunca mueren y que siguen sonando por más años que pasen. La temporada baja deja salir a la luz otra esencia fundamental de Eivissa, su lado más rockero, con sus bandas que aún visten con cuero negro y rememoran grupos que sacaron sus primeros singles en vinilo.

Versiones de todos los que comenzaban por ‘The’, The Rollings Stones, The Who, The Beatles se escuchan ahora en las fiestas más auténticas de la isla, que son en invierno y dedicadas a los residentes, una vez ha pasado toda la marabunta turística y sus ritmos techno. Una época para disfrutar de las verdaderas flower power parties o de promociones como las Cañas’n’Roll, a unos precios que en verano son tan difíciles de encontrar como la música que no sea pinchada.

Porque nadie le quita mérito a un DJ, si es bueno, ni deja de valorar su trabajo. Pero reconozco que donde esté una banda en directo que interactúe con el público, que se quiten las tarimas, los platos y los cascos gigantes dejados caer sobre las orejas. Un ratito de esa música que tanto demandan los que vienen de fuera, es soportable, más allá de eso es un tanto soporífera. Sobre todo aquellos que rayan el cd alargando piezas, con notas que poco varían, más de diez minutos. Para que nos entendamos, es como repetir un estribillo 50 veces, ¿cansino verdad?

Pero qué le vamos a hacer, nadie niega que es lo que vende, lo que la gente demanda y lo que se les sirve día y noche en discotecas y beach clubs en Eivissa durante el verano. Por eso, ahora es tiempo de relax, lo que significa un break para nuestras cabezas y unas vacaciones para nuestras orejas. Es hora de disfrutar de una guitarra en directo y de una voz que llene el escenario… antes de que vuelva el verano.