Ojalá me equivoque, pero 2016 no será un año nada fácil. En lo político el panorama está muy complicado y vamos abocados a unas nuevas elecciones. Rajoy no conseguirá los votos suficientes para repetir como presidente y Sánchez, tampoco. Ya veremos si el líder socialista es el candidato si se repiten elecciones en marzo. Con un gobierno en funciones durante varios meses, ya se verá si esta falta de poder afecta a la economía española. Algunos dicen que un país puede funcionar sin gobierno y ponen como ejemplo Bélgica, que estuvo nueve meses sin gobierno. No parece que el ejemplo belga sirva para España.

En Eivissa, 2016 debe ser el año del impulso definitivo de algunos proyectos que están en el cajón desde hace tiempo. Debe ser el año de la definición del proyecto de reforma de la carretera de Santa Eulària, sin excusas, y deprisa. Falló el PP la pasada legislatura al no hacer nada, dicen que por falta de dinero, pero el nuevo gobierno del Consell no puede dejar a los habitantes de Santa Eulària sin una solución. Esperemos que las ocurrencias de los dirigentes de Podemos no sirvan de excusa para paralizar el proyecto.

También debe ser el año de las soluciones al problema del agua. Para cerrar el círculo, tras el desbloqueo de la planta desaladora de Santa Eulària, deben iniciar con urgencia las obras de la interconexión. O se hace o Sant Josep volverá a sufrir esa agua de color marrón por culpa de la sobre explotación de los acuíferos. Y debe ser el año de la solución al problema que padecen los vecinos de Talamanca. Están hartos y con razón. Que cambien el nuevo emisario, con urgencia como prometió Armengol, o de lo contrario los vecinos de Talamanca volverán a sufrir la incompetencia de la administración. Espero equivocarme y que 2016 sea un año en positivo, sobre todo para las Pitiüses.