A nuestros representantes políticos les pedimos básicamente dos cosas: que gestionen bien nuestros recursos y que sean transparentes con la ciudadanía. Sobre lo primero hay tiempo para debatir y seguramente sea demasiado pronto para sacar conclusiones. Pero la segunda cualidad se percibe desde casi el primer instante. La proximidad y el trato cercano son básicos para alimentar la confianza y generar sinergias que serán muy positivas para desarrollar cualquier actividad. Rara vez la prepotencia y la opacidad de un superior dan como resultado mayores índices de rentabilidad entre sus empleados.
Digo esto porque la delegación ibicenca desplazada a Fitur ha desempeñado su trabajo en un ambiente de respeto entre las diferentes posiciones y de total colaboración, que ha facilitado, entre otros, el trabajo de los periodistas. En especial, podría resaltar la buena labor de comunicación del presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Torres, sobre quien se ha destacado desde diferentes círculos su cercanía y facilidad de verbo. Quizá por su dilatada experiencia en el sector turístico, ha demostrado notables cualidades para explicar las novedades que se iban presentado durante la prestigiosa convención.

Torres ha sido en todo momento la cara visible de la representación ibicenca en Fitur (es el titular de la conselleria de Turisme de Eivissa) y no ha tenido reparos en destacar públicamente la buena labor realizada por su predecesora en ese cargo, la popular Carmen Ferrer, o por el exconseller de Comerç, Vicent Roig. A pesar de su distancia ideológica y su rivalidad política, todos ellos han estado a la altura de una cita crucial para la promoción turística de nuestra isla y han demostrado capacidad de trabajo en equipo y diálogo. Bien hecho.