Que en las Pitiüses haya ya motivos reales para pensar que en el fútbol base priman los resultados es para hacérselo mirar. El proyecto ‘Ningún niño sin jugar’ ha caído, por ahora, en saco roto. Ninguno, absolutamente ninguno de los clubes adscritos a la delegación insular de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB), se ha interesado por el plan ideado por Toni Costa, coordinador de fútbol sala, con el fin de que aquellos jóvenes que no suelen ir convocados o disputan pocos minutos tengan la oportunidad de salir «a dar patadas al balón» mediante su participación en las ligas de fútbol sala.
Quizá sea el momento de que los propios padres acudan a la sede del club en el que milita su hijo y les dé un toque de atención. Rara es la entidad que no te ‘vende’ la papeleta de que prima la formación a los resultados, pero el pasotismo demostrado en las dos últimas semanas deja retratada a más de una. Ninguna ha acudido a la delegación, bien para informarse o bien sumarse directamente al proyecto, después de haber recibido todos los datos, así como un económico -son válidas las mismas licencias- y detallado presupuesto. En definitiva, aquí hay mucho Barcelona y Real Madrid.
Está claro que el fútbol y el fútbol sala son deportes distintos, pero con la gran similitud de que hay porterías, goles y se juega con el pie. Al fin y al cabo, “se trata de dar partadas al balón y que los niños disfruten”, como bien apuntó Costa, un hombre que ha gastado su tiempo en una magnífca idea que no ha hecho más que retratar a los clubes. Aún quedan dos semanas de plazo para apuntarse. Veremos cuántos recapacitan y cuántos seguirán imponiendo resultadismo a diversión y formación. De momento, lo dicho, aquí hay mucho Barça y mucho Madrid.