Será porque soy un huevón, como me repiten de vez en cuando y espero que con cariño mi padre y mi santa esposa. O tal vez porque soy de aquellas personas que prefiero no darle demasiada importancia a las cosas que suceden a mi alrededor, pero sinceramente, no entiendo la polémica que se montó ayer en el Pleno Municipal de Vila con el tema de la Banda Municipal de Eivissa y su participación o no en la procesión de Viernes Santo.

Vaya por delante que no soy demasiado seguidor de los actos de Semana Santa aunque respeto profundamente las convicciones de todo el mundo y a todos aquellos vecinos y residentes en Eivissa que deciden libremente formar parte de una cofradía o salir a la calle durante esos días a seguir las procesiones. Por eso, también entiendo que está en la libertad de los músicos de la Banda Municipal de Música si quieren o no participar en la procesión del Viernes Santo. Creo que es una decisión que les incumbe solamente a ellos porque al final, nos guste o no, son los propios músicos los que hacen el esfuerzo que supone terminar con éxito las muchas horas que dura la procesión más importante de nuestra Semana Santa. Si, como parece, Pep Tur, concejal de Cultura de Vila, ha hablado con ellos y éstos le han mostrado su malestar porque, según sus palabras, «no están habituados a estos recorridos ni a tocar a ese ritmo y funcionamiento» creo, sinceramente, que no hay más que hablar. Los músicos son los que deciden. No los de fuera, por muchas ganas que se tengan de verles ambientar con su música el Viernes Santo.

Y si no, no se preocupen. Que no cunda el pánico. Casi todas las cofradías de Eivissa tienen unas magníficas agrupaciones musicales que garantizarán la buena salud de la Semana Santa de Eivissa.