No confundamos las noticias que nos llegan desde Argentina con la realidad. Hace años que las noticias que salen desde la Reina del Plata siempre están impregnadas de intención, lo que se ha pronunciado enormemente desde que el flamante presidente electo ha tenido que comenzar a devolver los supuestos «favores» recibidos de parte de medios, empresarios y la sociedad rural local durante la campaña electoral.

Trataré de empezar por el principio. Al asumir su cargo, Mauricio Macri decidió suspender las retenciones al campo, un impuesto destinado a que el Estado recaudara un porcentaje de las exportaciones de los productos generados por el campo argentino -que para un país como Argentina es mucho dinero-, seguidamente las arcas públicas se vaciaron en un abrir y cerrar de ojos, los despidos no tardaron en llegar y en los 100 primeros días de su gobierno se coronaron con más de 50.000 desempleados (sin contar los despidos del sector privado), en un país que había llegado a tener en los últimos años un 6% de desempleo.

Éste panorama se torna más oscuro si cabe si tenemos en cuenta la inflación que se ha descontrolado en el último mes, también gracias a los aumentos de más del 200% en el transporte y en los servicios como la electricidad. Vale recordar que el transporte público y la factura de la luz, entre otros, estaban subvencionadas por esas mismas arcas del Estado que no recibieron más el dinero proveniente de las retenciones al campo. Pero, «la culpa de todo la tienen los Kirchner» (los mismos que desdendeudaron a un país eternamente endeudado y Macri ha vuelto a hipotecar porque no tiene de donde sacar dinero) y con el esfuerzo puesto en que ellos fueran los que tuvieran grandes sumas en paraísos fiscales sorprendió que el flamante expresidente de Boca y exalcalde de Buenos Aires es el que figura en los papeles de Panamá y no los otros. Paradojas.