El coordinador de movilidad del Consell d’Eivissa, Gianandrea Di Terlizzi, le ha cogido gusto a abstenerse, ya sea en votaciones, ya sea en los asuntos que le competen directamente por razón de materia. Sin embargo parece muy confundido. Si bien como concejal de Sant Joan de Labritja le es lícito abstenerse tantas veces como considere procedente en el pleno municipal (como hizo a la hora de votar sobre la reforma de la carretera de Santa Eulària en el pleno extraordinario de febrero), en tal que alto cargo del Consell su actitud carece completamente de justificación. Quizás sea por falta de experiencia política (tablas que se diría en el mundo del espectáculo) o quién sabe si para poner de manifiesto públicamente su discrepancia, pero sin romper con sus socios de gobierno, el PSOE. Sea por lo que sea, el de Podem evita participar en los asuntos en los que su formación está en desacuerdo con los socialistas. Así, elude la reapertura de la estación de autobuses CETIS, las reuniones con los taxistas por las licencias estacionales o incluso la reforma de la carretera de Santa Eulària. ¿Por qué? Porque Podem no está conforme. Mucho más coherente sería dimitir, pero claro, así se quedaría sin el sueldo público que le proporciona el Consell. Primero conviene asegurarse la manutención y después la coherencia política. Cuando Podem no está de acuerdo con algo, Gianandrea se abstiene de participar y ya está. Aunque siempre se puede organizar una consulta popular con la que justificar el apoyo a un proyecto del PSOE con el que no se comulga, como el citado de la carretera de Santa Eulària. Lo cierto es que para no ser de la casta, Podem Eivissa le ha tomado el gusto a los sillones. Ya resultó muy descarado colocar al concejal de Sant Joan en el Consell para que tuviese una paga, en un cargo absolutamente innecesario y prescindible. Pero ya que cobra, que asuma su responsabilidad y trabaje. Siempre puede abstenerse en Sant Joan.