Lo primero que me gustaría aclarar es que no hablo a nivel personal. Todas las quejas y reivindicaciones que estoy llevando a cabo son en nombre de varias familias de residentes dependientes de Sa Serra:

- Concha Matas Matas;

- J. M. V.;

- Patricia Corrales González;

- María Marí;

- Julia Jiménez Valero;

- María Tur;

Que estos últimos días sea yo, Concha Matas, la cara visible, no es más que el resultado del cansancio que nos causa a todas las familias perjudicadas la carencia de soluciones en la gestión de la residencia Sa Serra.

En respuesta a la noticia publicada el 21 de Abril en el Periódico de Ibiza, doy réplica en nombre de las familias afectadas y en mi nombre mismo.

Primero de todo, quisiera aclarar un punto que considero desafortunado. En ningún momento estamos criticando el trabajo de las auxiliares y enfermeras de la residencia Sa Serra. Somos muy conscientes de que el problema no está en las trabajadoras en sí, si no en la carencia de medios para llevar a cabo su trabajo de manera más adecuada, así como en la evidente falta de personal, tal y como hemos manifestado en numerosas quejas.

Dicho ésto, queremos decir sobre las trabajadoras que no sólo valoramos su trabajo, ya que en las condiciones que tienen tanto en número de personal como en el material para llevar a cabo su labor, somos conscientes de que hacen lo que pueden con profesionalidad y dedicación. Es por eso que dada a la situación de su entorno laboral tienen nuestra admiración.

A esto debo añadir, ya a título personal como Concha Matas, que si en algún momento se han sentido afectadas por mi indignación y crispación, nada más lejos de mi intención. Nuestra indignación ha sido siempre hacia la dirección y la gestión del centro a la que las trabajadoras tienen que ceñirse.

Me gustaría pedirles, eso sí, que entiendan que la situación no es fácil, que sacaría de sus casillas hasta al más manso. No es fácil de llevar ver las situaciones que se dan en la residencia, ya no sólo con mi madre, enferma de Alzheimer, si no con bastantes de los residentes.

Saben perfectamente que me refiero a residentes que, hablando malamente, se tiran horas cagados y meados. Residentes que se pierden, que se caen o se golpean. Residentes a los que no se administra de manera correcta su medicación.

Sin ir más lejos, el pasado Domingo día 17 de Abril, en el turno de tarde y a la hora de acostar a los 20 residentes totalmente dependientes de la planta 0, sólo había una auxiliar. Respetando desde todos los ámbitos su preparación y profesionalidad, una sóla persona no puede hacer el trabajo de dos para llevar a cabo las tareas de acostar a tantas personas totalmente dependientes.

Lo saben porque no sólo lo han visto conmigo, si no con el resto de familiares que muestran también su descontento con la gestión de la residencia. Y vuelvo a reiterar que no culpamos a las trabajadoras. Sabemos que esos problemas se derivan de la falta de más personal y materiales para una correcta y adecuada gestión. Sabemos que esos problemas vienen de esos ratios de contratación que según la empresa Novaedat se cumplen aún cuando es evidente que no son suficientes.

Y es con esto con lo que paso a dar réplica al comunicado de la empresaNovaedat. Curiosamente, el pasado día 15 salía la noticia de que Novaedat admitía no cumplir los ratios de personal por no haber contabilizado las 20 plazas de gestión privada.

Otra más de sus contradicciones, que junto a la afirmación de que no habían recibido quejas les resta, aún más si cabe, credibilidad.

Pero no vamos a entrar en su juego, en números.

Porque lo que para la empresa son números y Ratios que tal y como se repiten en decir, cumplen escrupulosamente el contrato, para nosotros son nuestros mayores, nuestra familia.

Son personas. Lo que para ustedes será un margen de beneficios, repercute en la calidad de vida, en la dignidad de esas personas. Con una diferencia. Para ellos no hay margen que valga. El tiempo, por desgracia y ley de vida, es para ellos un tesoro escaso que se va consumiendo cada día. Lo que para su empresa es algo a valorar o estudiar si mejorar, para estas personas significa un tiempo que quizás no tengan.

Una dignidad, comodidad, calidad de vida, que se les va negando día tras días, de la misma manera que ustedes, como empresa, niegan lo evidente.

Me gustaría que hicieran gala de humanidad y dejaran a un lado los números.

Que abriesen los ojos a la realidad que conocen pero esquivan pronunciar o reconocer.

Volviendo a hablar malamente, me gustaría que pensasen en cómo se sentirían si pasaran 4 horas "cagados", dependiendo de que alguien los cambiase y asease, viendo pasar las horas, tan valiosas a esa edad, sin que se les atendiera adecuadamente por falta de personal, por mucho que legalmente se cumplan los ratios.

Me gustaría que por un día compartieran la comida de los residentes, y que después piensen que así los alimentan día tras día.

Me gustaría que pensases en cómo reaccionarían si tuviesen a un familiar en esas condiciones.

En definitiva, me gustaría que respondieran como personas y no como empresa. Con el corazón en la mano y no una calculadora.

Quizás así se darían cuenta que cuando esquivan la realidad, cuando se contradicen no reconociendo la situación o desviando la atención a otros derroteros, no están defendiendo los intereses y beneficios de una empresa, no.

Están jugando con la dignidad y la calidad de vida de nuestros mayores, de nuestras familias.

Y vuelvo a repetir que hablo en nombre de varias familias.

Pero si ponerle mi cara y nombre a estas reclamaciones va a servir para arreglar una situación intolerable, si por ser yo a nivel personal el centro de sus réplicas, yo, Concha Matas, con gusto encajaré los ataques que me lancen, si con eso mejoramos la situación de los que, en este caso, no pueden defenderse solos.