Por momentos nuestros gobernantes parece que vivieran en Marte y no en Eivissa. Me gustaría saber por qué residentes y turistas tenemos que soportar la puesta a punto de la isla en mayo en varios enclaves importantes simultáneamente y sin ninguna planificación. Cuando uno prepara su casa para recibir visitas no va limpiando y ordenando delante de los invitados. Deja la casa reluciente para que cuando ellos lleguen la encuentren perfecta y disfruten de su estancia todo lo que se pueda. Entonces, que alguien venga, traiga una pizarra grande, muchos colores y me haga un dibujo para explicarme por qué tenemos que aguantar esto a estas alturas del año. Como no era suficiente que la travesía de Jesús aún no estuviera lista hay que soportar también trabajos en la zona de Ca na Negreta, la mejora del acceso a Puig d’en Valls, en la carretera de Sant Joan, en la carretera al aeropuerto y hasta en las playas. Perdón si me estoy dejando alguno, que seguro que sí. Ésto sumado al aumento del parque automotor de la isla y a los coches alquilados por conductores de todos los tipos y nacionalidades habidos y por haber. Es un despropósito total que estos arreglos se estén llevando a cabo en el mes de mayo con la temporada empezada. ¿Acaso el invierno no es lo suficientemente largo como para no hacernos la vida aún más imposible en estas fechas? No se preocupe amigo lector, si esto no nos mata del estrés ya lo harán los nerivos provocados por la bendita declaración porque ya sabemos que «Hacienda no somos todos», y si no que se lo cuenten a los Alcántara, que hasta ellos en un arranque de costumbrismo no han querido perderse ser parte de la foto de familia que se deben hacer en Panamá en la cena a todo trapo que, me imagino, harán anualmente para reírse de todos nosotros, los de la clase media, «media estúpida», diría Mafalda.