Gloria al Padre, Gloria al Hijo , Gloria al Espiritu Santo. Dios es el padre que crea y dirige el universo con sabiduría, y se ha hecho cercano al hombre por medio de su Hijo Jesucristo. Dios Padre e Hijo nos ha dado al Espiritu Santo para que nos guíe a la verdad plena. Es el Espiritu Santo el que nos lleva a la plena comprensión de la verdad revelada por Cristo, el cual presenta algunos aspectos del misterio de la Santísima Trinidad. El Señor nos enseña la igualdad de naturaleza de las tres personas. La acción propia del Espiritu Santo será glorificar a Cristo, recordando y aclarando a los discípulos lo que el Maestro les enseñó. Los hombres, reconocen al Padre, a través del Hijo, movidos por el Espiritu Santo. Glorificar a Cristo es lo mismo que dar gloria a Dios. Al final de la Plegaria Eucarística el celebrante eleva el Pan y el Vino consagrados, y dice: Por Cristo, con El y en El, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espiritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. El Pueblo cristiano aclama: Amén. Todo es común en las tres divinas Personas; de todos modos, al Padre atribuimos la Creación, al Hijo- N.S. Jesucristo-, la Redención; al Espiritu Santo, la Santificación de nuestras almas. Bendito sea Dios, Uno y Trino.