Quince millones de euros más distintos objetivos según los títulos que consiga. Esto es lo que cobrará el entrenador portugués José Mourinho por entrenar al equipo inglés de fútbol del Manchester United la próxima temporada y si le va bien, las dos próximas. Sin embargo no hay que alarmarse. Esta cantidad supone una importante rebaja respecto a los emolumentos que recibía en su reciente etapa en el Chelsea y que ascendían a 18 millones de euros por campaña según el último ranking anual de entrenadores publicado por la revista France Football. Un ranking en el que también aparecen Carlo Ancelotti, quien cobraba en el Real Madrid 15,5 millones de euros, o Josep Guardiola , quien recibía 15,2 por hacer lo propio en el Bayern de Munich. Incluso, el italiano Fabio Capello, se embolsa de la selección rusa 9 millones de euros anuales.

Sinceramente, estas cifras me parecen indignantes. Habrá quien me dirá que esto es posible porque el fútbol actual genera los ingresos necesarios para ello y que el fútbol mueve el mundo con millones de personas pendientes de la final de Champions League del sábado o vistiendo las camisetas de sus ídolos. Y posiblemente no le faltará razón. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en lo que se podría lograr con la mitad de lo que cobran cada uno de estos entrenadores. Seguro que me acusarán de demagogia pero ¿se imaginan lo bien que vendrían estos euros a los campos de refugiados, a las personas que llenan las colas de Cáritas o a los que duermen en los cajeros? O simplemente, ¿se imaginan que se destinaran a las investigaciones clínicas, a la lucha contra los incendios en verano o a, por ejemplo, arreglar los desperfectos urbanísticos que sufren los vecinos en muchas ciudades? Pues vendrían muy bien y aunque el mundo no se arreglaría de un plumazo posiblemente ayudaría. Y es que, 15 millones de euros son muchos millones.