Esta noche se celebrará el debate televisado entre los candidatos del Partido Popular, PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos. Un debate inédito porque en la campaña electoral del 20D el PP decidió enviar a Sáenz de Santamaría en vez de a Rajoy. Y no le salió mal la jugada. Como tampoco le ha ido nada mal que Pedro Sánchez quemara todas sus naves al intentar de manera estéril formar gobierno. Los socialistas echan en cara al podemita Pablo Iglesias que no les diera su apoyo para echar al PP del poder y ahora, además, ven que la coalición entre Alberto Garzón y el de la coleta amenaza seriamente su preponderancia histórica entre la izquierda. El socialista Pedro Sánchez ya ha anunciado que si no tiene opciones de gobernar facilitará la investidura de otro candidato. ¿Por qué no hizo lo mismo la anterior vez y nos habríamos ahorrado todo este espectáculo? ¿Por qué ahora sí y antes no? El mensaje que los políticos han dado a los ciudadanos con su incapacidad para ponerse de acuerdo ha sido el de ‘volved a votar, porque la primera vez os equivocasteis’. Que ninguno de ellos se extrañe si el 26J la gente prefiere ir a la playa antes que perder diez minutos de su vida en ir a votar a políticos para los que la democracia significa vetar directamente a otros políticos de partidos diferentes sin ni siquiera querer sentarse a dialogar con ellos. Si esto es a lo que se refieren cuando hablan de la nueva política, a mí me sigue gustando más la vieja. Por cierto, todavía no he visto a ningún candidato ‘twittear’ sobre el escándalo del portero de la Selección Española. El fútbol es la nueva religión.