Dentro de una semana se repetirán las elecciones. En las pasadas generales anticipamos en este periódico que se había iniciado un callejón sin salida porque el resultado, y sobre todo la postura de los partidos, hacían inviable un acuerdo de legislatura. Así fue. Se repetirán las elecciones, pero no parece probable (aunque en este país todo es posible) que haya una tercera oportunidad en forma de elecciones. Las encuestas pronostican una victoria del PP y el ‘sorpasso’, que dejaría a Unidos Podemos como segunda fuerza política más votada por delante del PSOE. Ahí está la clave de las próximas elecciones. Sánchez tiene dos caminos complicados (abstenerse y permitir que el PP gobierne) o dejar que Iglesias y sus numerosas mareas lo hagan. Entre una y otra opción, apuesten por la primera. Ya lo ha adelantado Jordi Sevilla, socialista con mucho sentido común: tiene que gobernar el más votado. No suele ser habitual que los partidos digan antes de las elecciones lo que harán con los pactos. Por mucho que pregunten, lo normal es que digan que ganarán ellos, pero Sevilla se ha salido del guión. Puede gobernar el PP, pero quizás Rajoy deba ser sacrificado. Ese puede ser el precio que paguen los populares para seguir en el poder, pactando a todas horas, pero quizás así (lo contrario es imposible) el PSOE tenga alguna posibilidad de no convertirse en el PASOK. Un socialista mallorquín me comentaba hace una semana que Sánchez tenía que haber intentado gobernar con el apoyo de Iglesias. En la vida hay que ser valientes porque las segundas oportunidades no suelen llegar. Salvo alguna carambola.