Hoy, domingo cercano a la fiesta de los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, que es el próximo miércoles día 29, celebramos en la Iglesia el Día del Papa. Y es un día en el que manifestamos nuestro amor al Papa, oramos por sus intenciones y la hacemos un generoso donativo, que se llama Óbolo de San Pedro, una ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre, como expresión de apoyo a la solicitud del Sucesor de Pedro por las múltiples necesidades de la Iglesia universal y las obras de caridad en favor de los más necesitados.

Jesucristo encargó a San Pedro ser su Vicario en la tierra. (Mateo 16,18-19), y así ser Cabeza visible de la Iglesia, siendo después Obispo de Roma, con el Primado de autoridad entre todos los Obispos, a los que ha e confirmar en la fe (Lc 22,32) y para ello es infalible en la Doctrina Católica, en materia de Fe y Costumbres». (Vat. I), para lo cual tiene la asistencia del Espíritu Santo para esa misión.

Desde San Pedro hasta nuestros días, con el Papa Francisco en la actualidad, la Iglesia ha tenido 266 papas, de los cuales 83 han sido canonizados. El Papa es un don de Dios a su Iglesia. En Jeremías 3,15 nos dice: «Os daré pastores según mi corazón», Y esa promesa Dios nos la ha cumplido dándonos en cada momento de la historia de la Iglesia el Papa de cada momento, siendo Padre y Pastor: Padre porque él es el que cuida a todos los hijos de Dios, con cariño y con atenciones de verdadero Padre y vela por la santidad de todos y así nos dirigimos a él llamándole cariñosamente «Santo Padre»; y es Pastor porque recibió de Jesucristo el encargo de cuidar el rebaño la Iglesia, que es una forma tradicional de llamar a los fieles católicos. (Juan 21,15-17).

En los años, pues, de nuestra vida en la tierra hemos tenido el gozo de tener en cada momento el Papa que Dios nos ha dado para nuestro bien. Y por eso al Papa tenemos que amar, admirar, agradecer, ayudar y obedecer. Y esta Jornada del Día el Papa, pues, sea una jornada para fortalecer y atesorar esos sentimientos nuestros hacia el Papa, el sucesor legítimo de San Pedro.

Por eso, todas las actividades que en este domingo tenemos, y que como sabéis una de ellas también importante es votar en las elecciones nacionales de España, y votar con responsabilidad y eficacia, votar bien y buscando un futuro bueno, no nos disminuyan ni nos paralicen el vivir este día como el Día del Papa, día que como os he dicho antes sea una jornada en la que manifestemos nuestro amor al Papa, oremos por sus intenciones, confirmemos nuestra obediencia a sus indicaciones y le hagamos un generoso donativo, que tiene el nombre de Óbolo de San Pedro, para las necesidades de la Iglesia universal y las obras de caridad que el Papa promueve a favor de los necesitados.

La persona y el ministerio del Papa Francisco, como antes Benedicto XVI, Juan Pablo II, Pablo VI, Juan XXIII, Pio XII, etc, han de suscitar en nosotros una actitud de escucha y de acogida. Su palabra, como heraldo del Evangelio, es una palabra que nos confirma en la fe y renueva nuestra esperanza. Hoy recordamos al Santo Padre con afecto filial y con agradecimiento por el ejemplo claro y limpio de entrega total, recta y desinteresada, al servicio de la Iglesia y de la humanidad entera, sin regatear sacrificios ni rehuir sufrimientos en el cumplimiento de su ministerio.

Por todo ello, junto con nuestra oración y agradecimiento, en esta Jornada estamos llamados a colaborar con nuestros donativos al llamado ‘Óbolo de San Pedro’. Con la colecta, que se realizará en las Misas del domingo 26 de junio, ayudamos al Santo Padre, para que pueda realizar su misión en favor de la Iglesia Universal y de los más pobres de la tierra. Os pido un año más la generosa colaboración económica de todos los diocesanos, para que el Santo Padre pueda cumplir su ministerio. Que el Señor os lo premie y que vuestro comportamiento exprese el cariño, la obediencia y el amor que sentís por el Papa. Y como los años anteriores, seamos generosos en esa ofrenda, que después le enviamos al Papa y él nos lo agradece y nos imparte su bendición.