Desde el Ayuntamiento de San Antonio animan a la movilización social contra la nueva aberración medioambiental de la red eléctrica, que pretende decorar el Portus Magnus con torres de alta tensión de sesenta metros. Naturalmente. Permitir tal espanto supondría una estúpida y suicida puntilla para la mejor zona geográfica de las Pitiusas.

San Antonio debe reinventarse para salir de la vulgaridad a la que el progreso decadente y tanto gañán especulador han querido condenarle. Otro tipo de turismo es posible si se mima más el pueblo y se lucha efectivamente contra la contaminación acústica. Tenemos la mejor bahía para ser un puerto deportivo de primer orden, enfocado a la vela y las regatas (es maravilloso ver los faluchos y bergantines con sus aparejos antiguos, a los cachorros pitiusos aprendiendo las artes de la navegación que los elevan por encima de la mierda de las drogas y la dictadura electrónica).

Apostando por la belleza, el sentido común y un lujo sensible Portmany atraería un turismo desestacionalizado y libre del imperio turoperador. Puede lograrse a poco que los dirigentes fomenten sentido y sensibilidad, creyendo en su pueblo más allá de un suburbio de Manchester.

Nos rodean las mejores condiciones: la puesta de sol, femeninas y protectoras montañas, paseos y navegadas esplendorosas a poco de salir del núcleo urbano… Es un enclave privilegiado en el que hay que trabajar a su medida. San Antonio era lo mejor de la isla. Era difícil hacer las cosas peor, pero no hay que repetir los errores de la codicia pasada sino reinventarse y salir de la cochambre para resurgir cual Ave Fénix.