Hace unas semanas un sacerdote amigo, que ha publicado varios libros sobre el matrimonio y la familia me escribió comunicándome que iba a publicar un nuevo libro, bajo el título de Hacia la belleza del matrimonio y, enviándome el texto de esa nueva buena publicación suya, que leí con tanta satisfacción, me invitaba a que hiciera el prologo-presentación de esa obra. Lo hice con gusto, me lo agradeció y dentro de poco tiempo estará ya en las librerías a disposición de quienes quieran leerlo. Ciertamente ese libro sobre ese argumento puede hacer bien a tantas familias, a tantos matrimonios, a tantos novios en camino hacia el matrimonio. A la luz de ello quiero compartir con vosotros, estimados amigos lectores de mis artículos semanales en el Periódico de Ibiza y Formentera, una pequeña reflexión sobre la importancia que tiene y la ayuda que nos puede dar el leer buenos libros, que nos pueden aportar tantas ayudas para nuestra vida y actividades aquí en la tierra.

Tenemos muchas horas a lo largo del año a nuestra disposición y el cómo empleemos esas horas libres nos muestra y demuestra cómo somos y hacia dónde vamos. Quisiera animar a que una de las buenas actividades de cada uno de nosotros fuera dedicar un tiempo a la lectura, a la lectura de libros buenos y fiables y que ello nos haga ser y crecer cómo debemos. Saber seleccionar los libros y recurrir a ellos debe ser algo normal en nuestra vida.

La lectura es una de las actividades más importantes y útiles que el ser humano puede realizar a lo largo de su vida. Es una actividad exclusiva de los seres humanos, únicos seres vivos que han podido desarrollar un sistema intelectual y racional de modo avanzado. Esto quiere decir que la lectura es una de aquellas actividades que nos define por lo que somos frente al resto de los seres vivos. La lectura es una actividad que por lo general comienza a adquirirse muy lentamente desde temprana edad y se puede mantener sin perderla con el paso del tiempo. Eso ya nos indica que los padres, entre las muchas cosas buenas que hacen de cara a sus hijos, han de ser ejemplo como lectores ante ellos y maestros en este sentido.

Es a través de la lectura de buenos libros como el ser humano recibe buenos conocimientos que ayudan a la formación. La lectura supone siempre atención, concentración, compromiso, reflexión, todos elementos que hacen a un mejor desempeño y a mejores resultados.

Obviamente, la lectura puede realizarse de muchas maneras y con muchos objetivos. Así, no es lo mismo la lectura por placer que aquella que se realiza por obligación para cumplir determinado objetivo educativo o laboral. De cualquier modo, la buena lectura es un fenómeno que nos permite estimular nuestras ideas, reflexionar sobre ideas o conceptos, entrar en contacto con nuestro idioma o con otros, conocer más sobre otras realidades, etc.

Y si animo a que seamos personas que, entre otras cosas buenas que hagamos, dediquemos tiempo a la lectura, como Obispo animo a que en nuestras buenas lecturas haya también libros religiosos. En un buen libro religioso podemos encontrar solidez de doctrina, análisis de las realidades de la vida, los origines básicos de la fe. Un buen libro religioso ayuda a conocer mejor los contenidos de la fe, las razones de la esperanza, las prácticas del buen amor, la caridad y la misericordia. De la lectura de un libro bien elegido depende en cierta medida nuestro comportamiento humano, moral y religioso, la propia felicidad que hemos de transmitir a los demás. Animo, pues, y que ser buenos lectores de buenos y nobles libros sea una de nuestras cualidades y condiciones.