Mi encuentro con el descubridor de América tuvo lugar en noviembre de 1962 en La Habana, Cuba, en plena ‘crisis de los misiles’. Allí compré el Cristóbal Colón de Salvador de Madariaga y desde entonces sigo investigando el origen de Colón y los enigmas que lo rodean. Son siete los libros que he publicado sobre el tema, he visitado numerosos archivos de España, de otros países europeos y de Estados Unidos, y participado en simposios, congresos nacionales e internacionales. Siempre se ha enseñado que Colón era natural de Génova, Italia, y más tarde entraron en escena el Colón catalán, el gallego, el portugués, el mallorquín, el ibicenco, el polaco... Colón es un hombre disputado, quizá el más deseado del mundo.

Pero nadie puede negar que la edad y la lengua materna de una persona sean elementos que nos pueden ayudar a situar su origen. En mi caso, para demostrar que los orígenes de Colón pasan por Ibiza, señalo que no sabía escribir en italiano, que su lengua propia no era el galaico portugués, creo haber puesto de relieve que la lengua propia de Colón era la catalana (vid Cristóbal Colón, catalanoparlante (1994), obra a la que hay que añadir la investigación que sobre la lengua de Colón ha realizado el Dr. Lluís de Yzaguirre i Maura, de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, presentada el año 2006 en Ibiza.

Colón utiliza el castellano en todos sus escritos y mientras el gran filólogo hispano Ramón Menéndez Pidal opina que se trata de un castellano arcaico, Estelle Irizarry, profesora emérita de Georgetown University, Washington, DC, autora de El ADN de los escritos de Cristóbal Colón (junio 2009) y de Christopher Columbus. The DNA of his writings (noviembre 2009), expone que se trata de judeoespañol. Podemos asegurar entonces, que la lengua propia de Colón no era el italiano, ni el castellano, ni el galaico portugués. Colón pues, no era italiano, ni castellano, ni gallego, ni portugués, pero sí podía ser de Cataluña, de Mallorca o de Ibiza, territorios en donde sus habitantes son catalanohablantes.

Conocemos la edad que tenía el Almirante el día de su fallecimiento en Valladolid. Andrés Bernáldez, cura de la villa de Los Palacios (Sevilla), escribe que “el cual Don Cristóbal Colón de maravillosa e honrada memoria […], estando en Valladolid en 1506, en el mes de mayo, murió en senectute bona, inventor de las Indias, de edad de 70 años poco más a menos”. Hay 22 manuscritos de las Memorias del Reinado de los Reyes Católicos de Andrés Bernáldez y las más fiables son las de la Bristish Library, Londres, con la sigla L y el manuscrito A-83 de la Real Academia de la Historia, Madrid, y en los dos manuscritos se afirma que Colón murió de 70 años.

Tenemos también, el informe del antropólogo Miguel Botella, de la Universidad de Granada, que estudió los restos de Colón conservados en la Catedral de Sevilla, en el que nos dice que «se trata de 150 gramos de huesos que corresponden a un varón de entre 50 y 70 años, pero más cerca de esta última cifra».

Conociendo la edad de Colón, nacido en 1436, resulta que el candidato barcelonés a descubridor de América que presentan algunos investigadores catalanes, y me refiero a Joan Colom Bertran, hermano del presidente de la Generalitat, digo que es imposible ya que según testamentos conservados en Vilafranca del Penedés el dicho Joan Colom ya había fallecido en 1484.

Por otra parte, el hecho de que Colón murió en 1506 a la edad de 70 años invalida totalmente al candidato mallorquín de Felanitx, que habría fallecido a los 46 años de edad ya que su presunto padre, el Príncipe de Viana, llegó a Mallorca a finales de agosto de 1459 Vemos pues, que por eliminación, Colón no era natural del Principado de Cataluña ni de la isla de Mallorca.

Colón utilizó muchos topónimos de Ibiza y de Formentera en sus cuatro viajes, lo cual es una relación innegable con las Pitiusas. En Ibiza hay documentada una familia Colom de notables políticos y mercaderes, y una nueva prueba relaciona a Colón con Ibiza. Resulta que usaba en todos sus escritos un sistema de puntuación basado en vírgulas y puntos: (/), (/.), (//), y así están puntuados muchos escritos conservados en el archivo de la Pavordia de Ibiza. Estelle Irizarry, que lo descubrió en un documento ibicenco de 1410, en sus obras arriba citadas, lo dice muy claro: «El origen geo cultural de Cristóbal Colón señala hacía Ibiza». Por cierto, el sistema de puntuar de Colón era el mismo que utilizaban en nuestra isla los escribanos judeoconversos.

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