Dicen que la Justicia es lenta, pero que siempre llega. Que se lo digan a las miles de familias afectadas por las cláusulas suelo, que según el Tribunal Europeo tienen derecho a recibir todo el dinero que han cobrado los bancos de más gracias a este engaño colectivo y, desde ayer, ilegal. Yo soy uno de los beneficiados de esta decisión judicial, que pone fin a muchas visitas a mi entidad bancaria para que suprimiesen la cláusula. Al principio la respuesta era siempre la misma: «No, esto no afecta a nuestro banco. Las sentencias son sobre otras entidades bancarias. No podemos hacer nada». Cuando todos los bancos asumieron que tenían la batalla perdida, regresé a mi oficina bancaria con un escrito. Reclamaba que eliminasen la cláusula suelo, que estaba fijada en un 2 por ciento cuando en ese momento el diferencial no tenía que superar el medio punto. Me cogieron el escrito y acto seguido acudí a una asociación en defensa de los derechos de los consumidores. Meses después me llamaron del banco. Me propusieron bajar del 2 al 1 la cláusula suelo. Lo rechacé. Recordé que era ilegal y que me lo tenían que quitar todo, no una parte. Al día siguiente la asociación me llamó para decirme que me habían quitado la cláusula suelo. Es decir, un día antes de anunciar su resolución intentaron engañarme cuando ya estaba decidido que me suprimían la cláusula. Ahora, afortunadamente, me tendrán que devolver todo lo cobrado de más durante tres o cuatro años. Dicen que en los casinos que la banca nunca pierde, pero en los últimos años ha perdido algo mucho más importante que el dinero: la credibilidad.