Esta misma tribuna fue el espacio en el que Juan Antonio Torres Escandell mostró una disección de lo que representan les matances: «Un ejemplo perfecto de lo mejor de la sociedad ibicenca: esfuerzo, lucha, trabajo en equipo, sentido del humor y germanor». Suscribo de la A a la Z la argumentación de @labritja84. Mi estancia en la isla me ha permitido conocer gente muy buena, eivissencs que son como familia o con los que, por lo menos, hay esa germanor. Hace unos días disfruté ‘en familia’ de ese esfuerzo y trabajo en equipo que se vive en una matanza, una jornada de germanor trufada de grandes dosis de humor. Fueron mas de 12 horas con Mari, Pedro, Roberto, Sandra, Pep, Toni, Nahuel, Sara, Samuel, Amalia, Daniel, Cati, Juanito...De los buñuelos con chocolate pasamos al almuerzo regado con vino del porrón. Unas horas después dimos cuenta de un espectacular arròs de matances y una no menos apetecible frita de porc. La magnífica velada acabó colocando las sobrassadas y butifarras que han ido causando baja con el paso de los días.
Para rebajar los rigores del buen yantar, nada como calzarse las zapatillas y echar unos kilómetros junto a la colla de maldekamerus. La cita era en la Cursa del Patrimoni. Las obras obligaron a cambiar el recorrido y esta vez no hubo mayor sobresalto que el cambio de horario. Qué mania con ponerse a correr a la hora de la siesta. El reto era doble ya que me sumé a los Eugenio, Norman, Pedro, David, Juanvi, Toni y compañía después de festejar el aniversario de Serra con un arroz con bogavantes.

El ciclo se cerraba con sa salsa de Nadal de Sant Josep, pero este año la cita coincidía con un compromiso del alevín de la casa con la familia blue, el San Rafael. Tras un año y medio en la isla, los lazos familiares continúan aumentando. Molts anys i bons!