Está más que probado lo del centralismo mallorquín sobre nuestras Pitiusas, que nos ha recordado recientemente un columnista de nuestro periódico. Se refería a la Orquesta Simfònica de les Illes Balears, que aquí no la vemos (ni la oímos) ni en pintura. Y si mal no recuerdo viajó a Eivissa hace muchos años y nunca más han venido a ofrecernos un concierto. Así que lo más lógico y pragmático sería que los partidos políticos de Eivissa presentaran en el Parlament una renuncia inmediata, de manera que se la queden ellos y que desde ahora en adelante sea solamente para Mallorca, ya que se supone que en el resto de las Baleares debe pasar lo mismo que aquí. Es un tema viejo, cansino, (lo del centralismo) y es difícil de entender que la clase política gobernante en Eivissa no trate de alcanzar un sistema político basado en la igualdad y la solidaridad en la Comunitat Autonòma de les Illes Balears. Pero hay otro servicio en Mallorca del que aquí nunca se habla, que cuesta mucho más dinero en la mayor de las Baleares, y se trata del sistema ferroviario costeado por todos los habitantes de la CAIB y sólo operan en la isla de Mallorca.

Otra cosa de la que nos quejamos los ibicencos es en el tema de que no hay suficiente dotación económica para una mejor promoción turística, que siempre vamos cortos a la hora de montar un buen stand en las ferias nacionales e internaciones. Y, sobre todo, que aquí no hay suficientes vuelos para poder desestacionalizar las temporadas.

Naturalmente, la solución hay que buscarla fuera de las islas, en Madrid, puesto que Mallorca está muy bien ejerciendo de madrastra, dicho con todo el respeto del mundo. ¡Faltaría más!

Por otra parte, es más que necesario que en todos los municipios de Eivissa se garantice un buen servicio de abastecimiento de agua potable para residentes y visitantes y la solución ha de proporcionarla la CAIB, que tiene las competencias y cobra los impuestos. Así que han de construir las plantas desaladoras de agua de mar que sean necesarias y también depurar las aguas residuales. Y aprovecho la ocasión para preguntar a quién corresponda qué se sabe de la depuradora que se ha de construir en sa Coma. Sin lugar a dudas, el problema no puede solucionarse desde nuestras instituciones públicas porque no tienen presupuesto para tales menesteres.