El otro día estuve en la feria de Fritur. Algunos la llaman Fitur, esa feria internacional del turismo y narcisista en la que todas las naciones van a promocionarse el ombligo; pero tan necesaria como el aire que respiramos para, precisamente podernos rascar con la tripa llena los que vivimos de él. Aunque ya les adelanto que por experiencia, cuando uno lleva pateando la feria unas horas acaba frito, de ahi lo de fritur; no solo por el palizón que supone, sino también por el calorazo que pega allí dentro de sus inmensos pabellones, entre los achuchones de la gente que compite por llegar a ver si pilla un espárrago del Stand de Navarra o un pedazo de queso y una alpargata del stand de Andalucía. En el stand de Ibiza no se daban bocatas de sobrasada, ya se lo adelanto; o al menos cuando llegué ya se los habían comido, seguramente porque alguien más espabilado se los habría jalado, pero hay cosas más gustosas, todo hay que decirlo ya que si te descuidas, y no te apartas, te dan bambú churap-churey los mandingos contratados para el pasa calles, ataviados todos ellos no precisamente con el traje de payesa y su emprendada. Por cierto, que al verlos de lejos, soñé por un instante que era Súper Prats quien blandía una espada, pero al acercarme, pude comprobar que ni era Prats, ni súper, ni tan siquiera, lo que asomaba era una espada, sino más bien una Sodoma y algo de Gomorra, que para la ocasión, ya valía, pues así de animado estaba el público con tanto travestismo isleño. Es verdad que podría haber sido peor, y haber sido Pocholo y sus amigos. En fin! Ya les adelanto: el stand, montado con gran imaginación, soberbio y con una iluminación espectacular, digno del mejor barracón de feria. Un orgullo; ya se lo digo yo, sin orgullo, o en todo caso, más propio del orgullo gay, según la actuación vista insitu. Tras él, un mostrador y cuatro mesillas a las que puedes acceder solo si las pagas; que yo me pregunto, si ya no pagamos bastante en impuestos, tasas y chorradas (a ver qué es lo próximo que se van a inventar para dar sablazos los de la administración, estos) como para encima tener que pagar para que te dejen poner unos cuantos trípticos de tu negocio. (hubo un tiempo en que esto era gratuito y hasta te daban las gracias por llevarla. ) Ya ven ¡Ridículo! Y es que, alguien que debía hacer oposiciones a político de tercera, se aventuró incluso a comentarme que la temporada ya estaba toda vendida. Todo, todo y todo, como diría la niña esa listilla del anuncio; y ¡Claro!; con ese argumento:¿ para que hay que pensar y mover el cerebro, si ya está todo vendido?. ¿Eing? En vacas gordas estamos. Ya veremos cuando el mediterráneo se arregle y los precios bajen, si las vacas adelgazan y nos devoramos entre todos, mientras ni Cristo de los que ahora alardea de ser la bomba gracias a él, entona el mea culpa. Pero mientras tanto, paseamos con alegría y salero el «rumba, samba y mambo» con vestidos de lentejuelas, botas dragquen y pestañas tan largas como la boca de algunos y el cerebro tan corto. La verdad, estoy muy, pero que muy animado viendo el percal que se nos presenta. Turismo a tope en todas partes y por todas partes. Me pregunto si el Govern Balear y la Consejería de Medio ambiente, aparte de dedicarse a las cabras de Es vedrà, no debiera, ante tal riada de turistas, hacer un estudio sobre la orografía del terreno y hacer un cálculo a 500 años sobre posibles inundaciones en la isla. No ya por ellos, los turistas, sino mas bien por los lodos y lixiviados, que incapaces de meterse en las depuradoras van a correr alegremente de los torrentes hasta su desembocadura en las playas. Aunque no se apuren, porque del pis ahora se puede hacer luz eléctrica. Tanta que podremos suministrar al resto del país. Esto me recuerda al camarote de los hermanos Marx, obra grande entre las grandes para los adoradores de lo absurdo. (¡Cuidado! Lo absurdo a veces se convierte en realidad, y si no, que se lo pregunten a mister Trump) - ; cuando dicen « Mas madera»
Pues venga, señores y señoras de las instituciones soberanas, prestadas por el pueblo a precario durante cuatro años: abarroten con turismo ilegal, con sus leyes históricas, que yo las prefiero llamar histéricas, porque provocan incertidumbre, nerviosismo, y ganas de enviarlo todo a tomar por saco e irse a invertir a otra parte; los edificios residenciales, las carreteras, las depuradoras, los aeropuertos y los puertos; pero luego no se quejen de que Ibiza está saturada; porque son ustedes mismos los que se han hecho, y de paso nos han hecho el haraquiri. Y luego vayan por ahí diciendo que está todo vendido. ¿Vendido qué y a quien?

Y ustedes, los de siempre, los que están hartos de soportar tanta falacia, hagan como yo ante ellos, como que creen, como que todo está perfecto y que la temporada va a ser la gloria bendita. ¡Hagan lo!. Ya saben eso de dar la razón...a los de la sin razón. Pero por si acaso, hagan me caso y corran, corran; aunque solo sea delante de las Dragquens, no vaya a pillarles el toro. El toro, u otra cosa peor, o mejor. Aunque eso depende del consumidor, que ya sabemos como profesionales que somos, que siempre tiene la razón.