Pablo lo llevaba en la sangre. Era un luchador nato. Pablo lo llevaba en la sangre, un maldito cáncer. Pero él, siempre fuerte, convirtió su caso en una causa. Contra la adversidad, Pablo Ráez lucía bíceps. En 2015 le diagnosticaron una leucemia, pero su ADN de luchador le llevó a poner en marcha una campaña para difundir lo importante que es donar médula. Su #SiempreFuerte se extendió por las redes sociales y tuvo un efecto multiplicador. Las donaciones de médula ósea se dispararon en un mil por ciento gracias a la fuerza de este joven marbellí de 20 años. A pesar de la enfermedad, Pablo siempre estaba ahí, en las redes sociales, para transmitir una imagen de esperanza, de positividad, de fuerza ante la adversidad. Contra el maldito bicho, una sonrisa y una demostración de bíceps. Siempre fuerte. Tuvo sus días bajos, no era un extraterrestre, pero tras una caída siempre se levantaba para mostrar bíceps.

La vida me ha hecho conocer de primera mano lo dura y fulminante que puede llegar a ser esta enfermedad, pero también hay una ventana para la esperanza y esa es la que abrió Pablo, de par en par. Su lucha contra la enfermedad quedará por siempre como un ejemplo y nos corresponde al resto cumplir su reto de llegar al millón de donantes de médula. «No sabéis lo importante que es la donación, teniendo en cuenta que somos 46 millones de personas en España y solo hay 250.000 donantes. Hay mucha información de cómo hacerlo y, reitero, ya no solo por Pablo Ráez, sino porque hay miles de niños que necesitan un donante», escribió Pablo en un post cuando esperaba un segundo trasplante. Pablo nos ha dejado pero su solidaridad y #SiempreFuerte deben ser el camino a seguir.