Los grupos turísticos TUI, Thomas Cook, Alltours y Dertour Touristik surten a Mallorca de millones de turistas, pero también a Ibiza. Hace meses que se están quejando de las subidas de precios de los hoteleros baleáricos, que han pasado una travesía del desierto desoladora, unos años bastante flacos y ahora que sufren una presión enorme en la demanda de plazas pueden exigir mayor precio, porque saben que de todas formas llenarán.

El detalle es que en una economía abierta de mercado todos los agentes actúan conforme a sus intereses y esto es bueno. Los operadores turísticos han reincidido en la oferta de Grecia, Turquía, Egipto y Chipre, aun sabiendo que se encontrarán con reticencias por el omnipresente peligro terrorista. Sus precios son mucho más bajos que los de España. Esto atrae a muchas familias que buscan este tipo de ventajas. La planta hotelera de Turquía es mucho más joven que la española, en general y además idónea para el ‘todo incluido’, con resortes y enclaves separados que ofrecen todas las comodidades y a un precio cerrado. Las reservas a esos países han subido un 60%.

De paso se manda un mensaje evidente a la industria balear: tenéis los hoteles, pero vuestros precios no pueden competir con los del otro extremo del Mediterráneo. No llegará la sangre al río, entre otras razones porque Europa dispone de suficientes habitantes para llenar ambos destinos y porque estos episodios son habituales en las negociaciones de cada año. Es parte del juego.

Pero es preferible alcanzar fama de ser un destino caro a ser un destino insoportable, lo digo por Ibiza y partes de Mallorca. Los técnicos y especialistas no solo han de mirar los precios sino las compensaciones globales.