El diario Nuevo Herald de Miami (NHM) afirmaba en su edición del jueves que las apuestas a que Trump sea destituido aumentan tras el despido de James Comey, director del FBI, según informaciones recogidas por la Agencia France Press. Y es que poco después de que se conociera la noticia el martes, surgieron comparaciones con el presidente Richard Nixon, que despidió al fiscal independiente del caso Watergate, Archivald Cox en 1973, un año antes de que el Congreso votara a favor de la destitución de Nixon, quien dimitió. Es indudable que Trump se encuentra en medio de una tormenta política tras despedir a Comey, que manifestó durante una audiencia ante el Comité de Inteligencia del Congreso, que estaban investigando los posibles vínculos entre el gobierno de Rusia y asesores de la campaña de Trump durante las elecciones presidenciales de 2016. La cuestión es que algo muy importante se está cociendo en Washington y es que Trump puede crear una comisión para investigar un posible fraude electoral y otras prácticas que socavan la confianza de los ciudadanos, según adelantó bajo anonimato un funcionario de la Casa Blanca.

Cierto es que Trump ganó a Clinton por el sistema del colegio electoral por 304 votos frente a 232, pero la candidata del Partido Demócrata consiguió cerca de tres millones de votos populares más que el ahora presidente. Se ha comentado que en las elecciones de noviembre pasado votaron de 3 a 5 millones de inmigrantes indocumentados, pero ni Trump ni la Casa Blanca han ofrecido evidencias para respaldar esas afirmaciones ni las denuncias de un supuesto fraude electoral, que los expertos consideran infundadas. Ahora bien, todo indica que las declaraciones del exdirector del FBI, en plena campaña electoral y relacionada con los correos electrónicos de Hillary Clinton favorecieran a Trump. Así que puede sospecharse que los ‘hackers’ rusos ayudaron a Trump a ganar las elecciones y sólo cabe recordar que en las elecciones celebradas en Holanda se hizo el recuento a mano por miedo a intervenciones informáticas foráneas.

Se da el caso que en nuestra edición del pasado 1 de abril publiqué un artículo titulado «Impeachment para Donald Trump», vocablo inglés que significa moción de censura, un juicio político mediante el cual se puede procesar a un cargo público. En pocas palabras, el presidente americano es impredecible, parece poco preparado para el cargo, no sabe rodearse de personas eficientes y, al parecer, era/es muy amigo de los rusos, algo que no pueden aceptar las instituciones gubernamentales de los Estados Unidos, país demócrata y líder mundial.