Independientemente de su obcecación religiosa, César Vidal que anda ahora por Gringolandia, estupendo escritor y locutor muy ameno, además de tener una gran cultura, resulta a veces muy sarcástico y divertido. Por las razones que sea, supongo que las razones serán tributarias, tiene atravesado a Montoro, a quien con tanta gracia llama Cristóbal Nosferatu Montoro, dándonos la imagen de que uno de los mejores ministros que hemos tenido en España es un chupasangres, en el sentido de que Hacienda dirigida por este Nosferatu de traje gris saca al contribuyente hasta la última gota de sangre. No sé qué hizo este incomodísimo señor ministro cuando tenía su despacho, pero me sorprende mucho que ABC la emprenda con un ministro del PP, es algo realmente inaudito. Pienso que hay algo de vendetta en todo esto, tal vez son algunos de sus compañeros peperos los que van a por él, lógico, varios de ellos están en la cárcel o pisando el umbral de la misma, le deben tener bastante tirria. De Montoro me gusta su perfil técnico y que de caña tributaria en todos los sentidos: a la clase media, a la alta y a los muy ricos, a las autonomías que no cumplen con lo pactado (menos a Cataluña), a Ronaldo, a Messi, a Bárcenas, a Rodrigo Rato, a la Caballé, al de Cuéntame, se atreve incluso con la telebasura y Kiko Matamoros. Este Nosferatu desde su castillo de Transilvania o desde su rotundo edificio dieciochesco de la calle Alcalá 9, no tiene límites. Eso sí, quisiera hacer dos salvedades: no me gusta que continuamente mandé cheques a Puigdemont y, lo segundo, con todo lo que recauda Hacienda, ¿por qué tenemos unos servicios a veces tercermundistas?