El pacto de los ‘Acords pel canvi’ ha saltado por los aires a mitad de la legislatura, tras la enésima deslealtad de Podem, aunque ellos no son los únicos responsables porque en una cesta el agua no se pierde nunca por el mismo agujero. El pacto de la Conga entona la marcha fúnebre con puñaladas traperas a la vista de todos. La portavoz parlamentaria y futura secretaria general de la formación morada, Laura Camargo, y el diputado de Podem Eivissa, Salvador Aguilera, sostienen que votando con PP y Ciudadanos mejoraron la Ley que regulará el alquiler turístico. Una confesión sincera que resulta sorprendente a la par que decepcionante para un partido que ha hecho de la negación del PP a la misma existencia política, su leitmotiv y a menudo, todo su programa político. Sus socios de PSIB y Més no pueden estar más irritados, porque no es grato que un socio del pacto de izquierdas se descuelgue votando con el centro-derecha del que todos abominan. Y además, van y dicen que es para mejorar la Ley. Es inexplicable que a estas alturas Biel Barceló no haya dimitido aún, que es lo que realmente persigue Podem. Si no pudieron con los contratos de Jaume Garau, lo intentan de nuevo arruinando a conciencia la Ley Barceló, el mayor fiasco jurídico que se recuerda en el Parlament balear, lo que ya es decir. El aún vicepresidente les acusa de hacer una “animalada” y de irresponsables. Acusa el golpe bajo que le han propinado los podemitas y que le dolerá lo que queda de legislatura. Los socialistas quieren que haya consecuencias para Podem, pero tal cosa es imposible. No conviene que Bel Oliver se ponga tan chula porque están en manos de Podem y solo les queda soportarles o convocar elecciones anticipadas. Cuando se acepta negociar una Ley con un diputado como Salvador Aguilera, solo pueden pasar cosas como esta y aún peores.