Hola, me llamo Jesús, tengo 47 años, vivo en Figueretas, un barrio de Ibiza, y delante de mi casa… tengo un parque!! (en este momento quedaría perfecto que todos os levantaseis y me regalaseis unos aplausos reconfortantes acompañados de abrazos compasivos, al estilo de lo que se ve en las pelis americanas cuando aparece una reunión de alcohólicos anónimos). Supongo que os estaréis preguntando el porqué de esta dramática introducción, ¿verdad? Pues no preocuparos que esta llega a renglón seguido.

Y es que la cuestión es justamente esa, que en la misma puerta de mi casa (bueno, ser lo que se dice ser, es de mi madre), que es un bajo, tengo un amplio parque, y lo que en otras latitudes sería algo positivo, que causaría la envidia de muchos (tranquilidad, una amplia zona de recreo y esparcimiento, un espacio ideal para que jueguen mis hijas, un valor añadido a la hora de una posible valoración económica del piso, etc…), se convierte en una suerte de maldición bíblica que me hace sentir como las mismísimas zorras de babilonia. El primer inconveniente de tener un parque en la puerta, es que no es un parque…es un gigantesco retrete! Todas las jardineras parecen un completísimo elogio a la mierda y el orín, yo lo achaco a que como las jardineras carecen de césped (son todas de tierra de un color marrón basura y están moteadas de plantas a cual más cutre) y su estética es desangelada y “feista”, deben transmitir a los propietarios de perros (dotados la mayoría de ellos de menos cerebro y vergüenza que sus adorados cánidos), el mensaje de que allí está permitido hacer todo lo que se les venga en gana sin que rija ninguna ley. Solo ese cúmulo de circunstancias adversas pueden explicar lo que soportamos todos los días los sufridos propietarios de los bajos que dan al susodicho parque; perros sueltos y sin bozal (muchos de ellos de razas peligrosas) a un par de metros del parque infantil (o de los niños que juegan libremente por todas partes, que para eso es un parque), perros dejándote los “regalitos” antes mencionados en tu misma puerta, a la vista de sus amos, sin provocar en ellos ningún rubor ni ninguna intención de recogerlos, y que la mayoría de las veces cuando les recriminas lo incívico de su actitud, en vez de agachar la cabeza avergonzados, suelen reaccionar haciéndose los ofendidos y dedicándote una retahíla de insultos y amenazas. Yo con el tema “cacas” lo tengo cada vez más claro y voy a hacer de la necesidad virtud, y visto que el tema no tiene visos de arreglarse en breve, voy a proponer la reconversión de la zona para constituirnos en el primer espacio “COPRÓFAGOS FRIENDLYS” del mundo y así impulsar una nueva modalidad de turismo que sin duda reactivará la economía del barrio, convirtiendo Figueretas en un moderno El Dorado… no me extrañaría que en unos años el parque llevase mi nombre. Y ya que hablamos de animales, diseccionemos ahora la fauna de dos patas que por allí pulula. Por un lado tenemos a los de toda la vida, una pandilla de chicos/as que están entre los veintimuchos/treintipocos, que prácticamente se han criado en el parque, al que le siguen siendo fieles, no son mala gente ni problemáticos (alguna bronca esporádica y prou), tan solo les pediría un poco más de implicación en el cuidado y limpieza del parque, que a fin de cuentas es “su casa”, que recuerden y apliquen la máxima que nos dice que donde se come no se caga. Luego tenemos a los niños del vecindario, que durante el día y buena parte de la tarde se dedican a “sus labores”, o sea, a sacarle todo el jugo a las posibilidades lúdicas que les pueda ofrecer el espacio, también son esporádicas las molestias generadas por ellos (algún grito de más, una pelota que entra en casa…). Pero al llegar la tarde-noche la cosa cambia, ya que entonces se adueñan del parque tres nutridos grupos de mujeres e infantes de procedencia marroquí, rumana y gitana (y esto lo digo a mero título descriptivo, no busquéis connotaciones peyorativas o raciales porque os estaríais equivocando), los tres grupos suelen llegar casi a la par, aunque no se mezclan entre ellos, aposentándose en” su zona” del parque, como si tuviesen estipulado el reparto en algún acuerdo no escrito. En lo que si coinciden, es en su actitud para con los menores, ya que ellas no “llevan” a los niños al parque, ellas “sueltan” a los niños, como haría un pastor con su rebaño cuando los deja pastando, desentendiéndose casi por completo de lo que puedan hacer sus vástagos. Recuerdo que estos colectivos destacan por su profusión a la hora de la procreación, por lo que estamos hablando de un más que nutrido grupo de zagales, que hacen que las pequeñas molestias antes mencionadas se conviertan en un constante griterío, en pelotazos y balones que una y otra vez percuten en nuestros hogares, en niños que se te meten en tu casa como si fuera la suya (a veces para recuperar pelotas…y otras porque les sale de ahí), hay días en que esto puede prolongarse hasta las 2/3 de la madrugada. Por supuesto, no hay reprimendas de ningún tipo, pues como ya he dicho antes, las madres mayoritariamente se “desconectan”, normalmente solo rompen ese pasotismo para montarte la bronca a ti cuando riñes a algún peque por estar dentro de tu casa, entonces saltan todas como leonas intentando amilanarte. Hay ocasiones en que son estas “madres ejemplares” las que se te meten en casa y ya de paso si ven algo que les gusta se lo llevan, si las sorprendes con las manos en la masa te dicen que solo han entrado “a curiosear” y se te ríen en la cara, pues saben que si se les hace algo, tendríamos todas las de perder. Mientras sus retoños juegan, ellas se dedican al cotorreo y a la ingesta incesante de toneladas de pipas y otras comidas y bebidas, tirando (como no!) todo al suelo, a pesar de tener la papelera (algunas de ellas literalmente) justo a su lado. Yo invito a la gente que pueda creer que estoy exagerando, a que se pase cualquier mañana a primera hora por el parque, para que vea el lamentable cuadro que nos encontramos día tras día, o que le pregunten al barrendero que se encarga de limpiarlo y constaten su hartazgo e impotencia. Este es otro problema de difícil solución, pues cuando uno sugiere que sería conveniente buscar el modo de reconducir el comportamiento ¿social? de estos colectivos (que destacan por ser amigos de los derechos, pero no de las obligaciones), se te tiran los buenistas al cuello tildándote de racista/fascista/opresor de las libertades/enemigo de la diversidad…QUE VIVA MONGOLIA!!!

Y finalmente, tenemos a Javi, Javi es lo que los modernos llamarían “homeless” y la gente normal llamamos “un tiraó de mierda”, recuerdo que de jóvenes, le apodábamos “el llavero”… porque siempre iba colgado. Es un personaje que lleva como poco tres años viviendo en los bancos que hay frente a mi casa, y no os engañéis, no está así porque haya tenido una vida sufrida y desgraciada, y que las adversidades le hayan empujado a tan lamentable statu-quo, está así porque le sale de sus santos cojones, porque le encanta esa forma de vida (somos amigos desde casi la infancia, así que lo sé bien), de hecho tiene aquí a su familia, que se ha preocupado de él hasta el hartazgo, incluso una hermana suya de tanto en tanto lo “secuestra” y consigue lavarlo y adecentarlo, pero él acto seguido vuelve a las andadas. Javi no es persona que traiga o busque problemas, no se mete con nadie, pero… pero su estado está cada vez más denigrado a todos los niveles y cada día nos sorprende con una nueva “performance”, lo más habitual es que estando dormido sobre el banco, sin interrumpir su sueño, se saque la chorra a la vista de todos (los primeros los niños) y se ponga a orinar in-situ, con lo que a parte de “las vistas”, nos regala un abundante charco de “agüita amarilla”, que diría Pablo Carbonell, el otro día se puso a realizar lo que parecía una extraña danza invocadora, lo que llamó mi atención y provocó que me quedase atento al porqué de esas maniobras… que resultó que estaban destinadas a hacer bajar por la pernera de su pantalón (para así no tener que quitárselo), un zurullo de considerables proporciones, que acabó depositando con gran habilidad en el suelo (y allí se quedó), ya lo ven, un show digno del circo del sol!!! Y ese día lo sacó, lo habitual suele ser que se cague encima sin despertarse, lo que hace que una ingente cantidad de moscas acudan a la llamada del “pastel”, esa suma de factores, acaba conformando una estampa final que ríase usted de la más gore de las películas!!! Una cosa está clara, si cuaja mi propuesta del “COPRÓFAGOS FRIENDLYS”, los seguidores de esta modalidad turística (que como el de de San Antonio o Playa d’en Bossa será también un turismo de mierda…pero este reconocido y orgulloso de serlo), tendrán en Javi, una fuente inagotable de diversión (y que cada uno saque su propia lectura).

Para mí los culpables de esta lamentable situación están más que claros, por un lado el egoísmo e incivismo galopante, y la falta de educación y de unos mínimos valores morales, además de una clamorosa falta de empatía, que abraza con entusiasmo una parte cada vez más numerosa de nuestros convecinos, y por la otra ( y aquí si que puedo exigir culpas y responsabilidades) la presencia inexistente de la policía local, concretamente del policía de barrio, que o bien desconoce la ubicación del parque (cosa harto difícil, pues está en plena avenida Pedro Matutes Noguera, a la vista de todos) o bien se la “repanpinfla” todo lo que allí acontece, siendo gravísimas y lamentables cualesquiera de las dos opciones. Como sé que este tipo de situaciones se pueden hacer extensivas a la mayoría de espacios públicos de nuestra ciudad, le pido desde aquí explicaciones a nuestro ayuntamiento, ¿qué coño hay que hacer para que recuperemos la presencia de agentes patrullando a pie por nuestras calles y plazas?

Cuando yo era pequeño, era una imagen habitual… ¿en qué momento descubrieron la fórmula de la invisibilidad? Desde esta páginas no pido…exijo!! (es bueno que recordemos que políticos y funcionarios son nuestros empleados, pues esta fiesta la pagamos nosotros), que se busquen y activen los mecanismos necesarios, para volver a contar con una presencia activa de policías, armados del correspondiente bloc de denuncias, y que empiecen a aplicar más “palo”, visto que la zanahoria no ha sido una solución, sino más bien todo lo contrario. Presionemos todos para que vivir junto a un parque (o donde sea), no se convierta en un castigo divino, os invito a uniros a mi petición, haciéndome llegar vuestras quejas/comentarios a jesusrumbo@teftv.com.