Profesor de la Universidad de Cambridge, David Abulafia es uno de los historiadores europeos más importantes. Habitual de los congresos de Historia de la Corona de Aragón, tuve la suerte de charlar con él en el XIII Congreso de Historia de la Corona de Aragón. El Dr. Abulafia tiene muchos artículos eruditos en los que la Mallorca medieval es protagonista. Y dos de sus libros recientes son verdaderos bestsellers, libros muy amenos y a la vez de alta investigación. Uno es “El gran mar: una historia humana del Mediterráneo” y otro “La guerra de los doscientos años”, pulcra edición de Pasado&Presente. En ambos trata levemente Ibiza y sobre todo Mallorca dentro de las luchas intestinas de las casas de Anjou y Aragón por el control del Mediterráneo entre los siglos XIII y XVI. En estos libros se escribe algo de las salinas de Ibiza que como es sabido tuvieron una importancia todavía por valorar debidamente en el comercio europeo medieval y moderno. Sabemos poco de aquel comercio salitrero fundamental para la supervivencia de nuestra Isla. Señala Abulafia que la expedición catalana a Ibiza de 1235 fue una expedición digamos privada desde la sede tarraconense que marcó completamente la historia ebusitana. Sin embargo, se echa de menos una presencia más rotunda y profunda tanto de Menorca como de Ibiza en ese puzle mediterráneo del profesor Abulafía. La de Formentera es nula. Y eso nos lleva a la siguiente pregunta: ¿por qué cuando se habla del reino de Mallorca casi todo se centra en Mallorca y la historia de Ibiza y Formentera, salvo escasas excepciones, queda siempre como cosa marginal? Macabich, Mari Cardona, Escandell pusieron unas bases potentes para que nuevos historiadores sigan su estela y difundan internacionalmente sus estudios ibicencos, pero es ésa tarea pendiente.