Hay que quitarse el sombrero burocrático ante los esfuerzos que han hecho los de JxSí; o sea, la derecha del 3%, la memoria histórica junqueriana y los antisistema, todos en unión defendiendo la estelada de la santa tradición para organizar todo el pifostio que están montando. Hasta cuperos que no habían pegado chapa en su vida han trabajado por primera vez en todo este papeleo que conducirá al fin de la opresión de un pueblo que dice que España nos roba pero que en realidad controla buena parte del tejido productivo de ese país que les manga: desde los bancos en Jaén hasta el gas que encienden en Cerdedo o en Guarroman. Que conste que en lo personal yo soy partidario de la independencia y por un motivo: no veo protestar a los catalanes que no están de acuerdo con toda esta movida, ellos son también responsables de engrasar el procés. La inmersión es de tal magnitud que la mitad de la sociedad catalana vive en permanente adormidera. Claro que esta es la primera fase, que diría el gran escritor Gregorio Morán, ahora se desembarazan de los españolistas y luego ya iremos a por los catalanes que no sean pata negra y la tercera fase es aquella en la que van a por los pdcateros para culminar un proceso que está diseñado en plan Matrix, como estamos viendo con las leyes de transitoriedad que se han currado bien y en las que se estipula la doble nacionalidad, el traspaso de inmuebles españoles; todo está previsto, simulado por ordenados, todo menos devolver los 75.000 millones de euros de deuda a la otra España. Deuda generada por la pésima gestión de los que quieren llevar a su grey a la Tierra Prometida.