Los golpes de Estado no se recurren pero, por lo que estamos viendo, los golpecitos sí. ¿Qué se puede esperar de abogados del Estado y registradores de la propiedad que no han leído a Max Weber ni a Curzio Malaparte? La idea fundamental de este último es que el golpe de Estado es un problema más técnico que político. Su propósito era mostrar cómo se conquista un Estado moderno y, sobre todo, cómo se le defiende, porque “la historia de los últimos años es la […] de la lucha entre los defensores del principio de la libertad y la democracia, esto es, del Estado parlamentario, contra sus adversarios». En cuanto al politólogo alemán, es conocida su sentencia en su famosa conferencia «Politik als Beruf»: «El Estado es aquella comunidad humana que, en el interior de determinado territorio, reclama para sí (con éxito) el monopolio de la fuerza física legítima». El golpe de Estado, pues, concurre (ilegítimamente) por este derecho y por ello ha de ser contestado mediante la utilización de la legítima. Pero sucede que este gobierno de leguleyos indoctos del «gatopardismo mariano» (Ruiz Quintano scripsit) cree que abdicando de sus responsabilidades y trasladándoselas al Tribunal Constitucional ya tiene el tema encauzado o, como decimos (o decíamos) en Mallorca, «ja té la Seu plena d’ous», es decir, «ya tiene la catedral llena de huevos», una alusión a un empeño tan arbitrista como inútil.
OPINIÓN | Melitón Cardona, diplomático jubilado
El golpecito de Estado catalán
Eivissa10/09/17 4:01
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1 comentario
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Efectivamente, estos políticos y politiquillos tan bien pagados, con tantas autoconcedidas prebendas, ens roban y luego se dedican a todo menos a administrar y gestionar bien ese dinero que no es de nadie. Como si el país no tuviera serios problemas económicos, tenemos que desperdiciar cantidad de tiempo y dinero en contemplar bufonada tras delirio, campando por sus respetos. En la Seu no cabe un huevo más.