Desconozco si Pedro Sánchez y sus consejeros han leído la Odisea. Si no lo han hecho, deberían, no solo porque Ulises es el primer hombre moderno, sino porque es todo un tratado sobre la naturaleza humana.

Las sirenas, esos seres mágicos, endulzaban los oídos de los marineros logrando que naufragaran. Y eso es lo que Pablo Iglesias y Ada Colau intentan hacer con Pedro Sánchez, lograr que se suba a su carro para así asestar un golpe definitivo al PSOE. Sí, sí, al PSOE, no al PP.

En mi opinión Pedro Sánchez debería hacer lo que hizo Ulises cuando navegaba por aguas mediterráneas y tropezó con las sirenas: atarse al mástil y a pesar de la dulzura de las promesas, rechazarlas con firmeza.

Ni Sánchez ni el PSOE tienen nada que ganar convirtiéndose en aliados de Podemos, por más que le regalen los oídos diciendo que tiene al alcance de la mano convertirse en Presidente si todos juntos se unen en una moción de censura contra Mariano Rajoy.

En primer lugar a Pedro Sánchez no se le debería de olvidar que si en su día no fue presidente de Gobierno fue porque Podemos no quiso. En segundo lugar no debería de perder de vista que hay millones de españoles que no entenderían que en una situación tan grave como la que vive nuestro país por el desafío secesionista de los líderes de Cataluña, aprovechara la coyuntura para presentar una moción de censura.

Y en tercer lugar Pedro Sánchez no debería obviar que el objetivo soñado por Pablo Iglesias es convertir a Podemos en el gran partido de izquierdas español mandando al PSOE al rincón de la Historia.

Sánchez debería hacer oídos sordos a esa propuesta tan sibilina de Ada Colau e Iglesias proponiéndole formar un gobierno de «unidad plurinacional». Es decir debería darse cuenta de que esa y otras propuestas que le llegan desde Podemos son tan peligrosas y engañosas como lo eran los cantos de las sirenas para los marineros que como Ulises surcaban el Mediterráneo en la Edad del Bronce.

Ulises tuvo la inteligencia de hacer que le ataran al mástil de su embarcación para evitar sucumbir a los cantos de las sirenas. Pedro Sánchez debería de atar su legitima ambición al mástil del PSOE, un partido centenario que ha sabido sobreponerse a los vaivenes de la Historia.

Estoy por enviarle un ejemplar de la Odisea.