La exportavoz parlamentaria de Podem, Laura Camargo, ahora degradada a simple diputada, cree que unas eventuales charlas impartidas en los institutos de Ibiza, acordadas entre el Consell d’Eivissa -donde Podem gobierna junto al PSOE- y Fomento del Turismo, han de considerarse adoctrinamiento turístico. Le preguntó sobre el particular a la presidenta del Govern, Francina Armengol, en la sesión de control al Ejecutivo del pasado martes, y lo hizo con la clarísima intención de meter el dedo en el ojo a los socialistas, porque los morados están enfadadísimos con el PSOE por la disposición transitoria decimocuarta de la Ley de Urbanismo, que ellos han bautizado como “Ley Matutes”. Solo eso explica la tremenda deslealtad de irse al Parlament con una pregunta absurda e improcedente, cuando esa pregunta, si acaso, debió hacérsela la vicepresidenta Viviana de Sans al presidente Vicent Torres en su despacho. Pero eso no hubiera causado revuelo ni malestar en sus socios socialistas, de modo que no interesó hacerlo. Los podemitas consideran que en los institutos no debe hablarse de las bondades del turismo, que a su juicio son escasas cuando no inexistentes. El turismo es la gran plaga con la que Balears e Ibiza han sido maldecidas, como una epidemia de peste y gripe a partes iguales. Ahonda en las desigualdades, en el trabajo precario, en enriquecer a los hoteleros que se llevan el dinero a paraísos fiscales, contribuye a destruir nuestro territorio, a la masificación de nuestras playas, y tal y tal. Eso es lo que hay que enseñar. Dado que no se ocultan en decir lo que ha de inculcarse a los alumnos, debemos concluir que Podem persigue adoctrinar a los chavales para que sean buenos turismófobos como ellos. Los adoctrinadores máximos -vean sino la Facultad de Políticas de la Complutense- quieren ser ellos quienes establezcan qué hay que enseñar y que no.