Es muy buena noticia que el Consell Insular esté preparando un plan de mejora en el transporte público, fijándose cómo objetivo una cobertura del 80% del servicio regular de autobuses. Según la consellera de Territori i Mobilitat, Pepa Marí, el actual sistema de transporte es deficiente y está enfocado al turismo, así que un sobresaliente para la Consellera. Se da el caso que en temporada alta funcionan 49 líneas de autobuses y en invierno solamente 26 y de las que se reducen las frecuencias. El gran objetivo, pues, es mejorar el sistema de transporte en bus, las paradas y la información a los usuarios. De manera que sería muy oportuno para mejorar la calidad de vida de los residentes en nuestra isla que tengamos más frecuencia para llegar al hospital Can Mises, a los Centros de Salud, al aeropuerto y en todas las conexiones entre Eivissa ciudad y el resto de localidades.

Y sé de lo que hablo porque me he pasado la vida desplazándome en autobús en nuestra isla, concretamente entre Sant Antoni de Portmany y Vila, en Barcelona, entre varias ciudades de la Península y en EE.UU, en donde recuerdo haber viajado en múltiples ocasiones desde Nueva York a Washington, DC y a la ciudad de Newhaven, Connecticut, para investigar en la Universidad de Yale, De manera que soy adicto al transporte en autobús, reclamo mejores paradas y frecuencias y opino, además, que si obtenemos las mejoras citadas, que la estación CETIS no hace falta para nada. Lo importante, a mi entender, es disponer de buenas paradas y más frecuencias, En fin, si Pepa Marí consigue mejorar el servicio de transporte público, sin duda, muchos residentes dejarían el coche en casa y las carreteras no estarían tan colapsadas.

Nuestra lengua catalana

No es bueno ni pragmático que tengamos problemas en la sanidad pública por el tema de la lengua catalana, la nuestra, que llegó a Eivissa y Formentera en 1235. Y conste que el artículo salado que utilizamos aún está bien vivo en algunos lugares de Girona. El problema de nuestra lengua es que en 1714 dejó de enseñarse (por culpa de los decretos de Nueva Planta de Felipe V de Borbón) en las escuelas, fue prohibida, y sabemos que se necesitaban intérpretes al tener que declarar los ibicencos ante funcionarios castellanohablantes. Por cierto, la Iglesia no dejó de utilizar el catalán como puede comprobarse en muchas parroquias. Y para los que no lo saben, digo que Felipe V también incorporó Ses Salines a las ‘Rentas de la Corona’ y posteriormente las vendieron a un mallorquín en lugar de devolverlas a la Universitat: nuestra institución de autogobierno. Y hoy en día hay problemas en la sanidad pública por el uso del catalán, cuando lo correcto es que el conocimiento de la lengua catalana sea un mérito y no un requisito. Así las cosas, sugiero que la clase política mantenga muy viva la enseñanza de nuestra lengua en las escuelas.