Ciudadanos al ser partido incipiente y con poco gobierno real no arrastra el lastre de la corrupción como si lo arrastran peperos (Granados) y sociatas (ERES). Además ha sabido plantar cara en Cataluña, tiene sentido de Estado y parece que van a ser capaces de atraer gestores. Son gentes que guarda las formas y no pretenden la voladura del sistema. Es un partido fresco que viste con trajes de Emidio Tucci, que tiene ideas claras y parece que interés en modernizar España. Está claro que el PP está abrumado por la corrupción que ha producido, más la que le achacan. Rajoy está cercado y la leve mejora económica en el otro lado de la balanza romana es insuficiente para que pueda remontar. Luego tenemos al PSOE con esa ambigüedad catalana, ese seguir desenterrando la guerra civil, ese gobernar con grupos antisistema y ese clientelismo que hace que caciquee en las regiones más pobres de España que son eternamente las más pobres gracias a la pobreza de su gestión. Por último, tenemos a los bolivarianos de la Tuerka y de los koljozes. El problema es que España dé una política coyuntural en la que predomina permanentemente el electoralismo. Ahora bien, el problema de Ciudadanos es que no sabemos todavía cómo podría llegar a gobernar ejecutivamente; es decir, le falta dar a los votantes esa seguridad de que su proyecto de país va a ser ilusionante, moderno, abierto y positivo para todos. Y ese mensaje todavía no ha calado porque las cosas se andan demostrándolas, no con humo: pensiones, gasto público, desmadre autonómico, racionalizar la función pública, paro, ayudas solo a quien las necesite de verdad. Todo eso es lo que nos tiene que contar Rivera cómo lo va a afrontar, si quiere ser presidente.