Ya inspiran un poco de lástima estos suspiros de los políticos pitiusos para conseguir mayor cuota de turismo alemán. Pero hay un problema: para cosechar cinco euros de recaudación, hay que invertir diez en promoción. ¿No es un poco disparatado? En realidad, el turismo alemán hace años que está de retirada de Ibiza y cada vez más de Formentera. También rehuyen Mallorca en los últimos años. ¿Qué les ocurre? Pues... que buscan buena gastronomía, buen precio, mejores playas y un ambiente amigable pero relajado. Todo lo contrario de lo que ofrece el archipiélago desde 2011. Todos se quejan de lo mismo: masificación insoportable, precios excesivos y encima la propina de la ecotasa.

El alemán es lento, pero cavila, está informado y toma decisiones. Si piensa que le puede beneficiar, no le importa dejar de lado Baleares para irse a algún pueblo marítimo de Alicante o de Almería, donde parece que últimamente se sienten muy bien acogidos. Mientras los consells insulares insisten en venderles folletos con los cuatro programas de siempre, solo que cada vez más caro. Tras una fuerte campaña, los alemanes regresaron a Ibiza en 2015 y 2016, pero en temporada baja. Este año, en la ITB de Berlín se lo han jugado todo buscando mejores comunicaciones y facilidades. No esperen gran cosa. Los alemanes ya nos conocen y no les gusta lo que están viendo.

Porque digámoslo de una vez: alemanes hay y alemanes vienen a España. Incluso a Baleares, pero Mallorca sigue acaparando estos turistas y solo cuando ya no caben en Mallorca, se fijan en Ibiza, a donde solo viene un 6,5 de alemanes de todos los que llegan a Baleares. El problema quizá no esté solo en Alemania.
@MarianoPlanells