La lengua fenicia surge hacia el II milenio a.C. en Oriente Próximo conformando el primer alfabeto mediterráneo que conocemos. El fenicio es una lengua semítica con solo veintidós consonantes y sin vocales. La única profesora de lengua fenicia y cartaginesa que tenemos en España ejerce desde hace muchos años en la Universidad de Barcelona, se llama Maria Josep Estanyol y es la autora del único diccionario fenicio que existe en el mundo que fue editado por el CSIC en 1981. También ha publicado libros sobre la historia de los judíos catalanes, sobre la alimentación judaica y el agua en las culturas cananea y hebrea. Todos sus trabajos de investigación son de complicada ejecución, producto de una vasta cultura y una puntillosa especialización que no tiene casi nadie. Maria Josep es de las pocas investigadoras que tal vez pueda percibir los ecos de cómo sonaba el fenicio en la Ibiza púnica. Sospecha Maria Josep que en Marruecos perviven, en algunas comunidades bereber que hablan el amazigh, restos del fenicio hablado. Sería una maravilla poder reconstruir el fenicio, como se hizo con el hebreo, y poder pasarlo a lengua viva. La conquista romana pasó como un rodillo sobre todo lo fenicio y cartaginés, pero pese a eso en Ibiza es tal el peso de aquellas culturas antiguas que el legado sobrevive, es verdad que faltan estudios etnológicos para que nos digan de qué forma. Hay un asunto no resuelto, el de los guanches y canarii, el de las poblaciones aborígenes de Canarias. Hay claves que los relacionan con los beréberes de Marruecos y Mauritania y con los cartagineses, incluso se dice que fueron los romanos los que transportaron beréberes a las islas Afortunadas, y los llevaron, precisamente, desde la misma zona donde todavía quedan los rumores de la lengua fenicia.