Ibiza está en extremo peligro por la despiadada sed de especulación. Pocos sitios pueden compararse a Ibiza, pero si me lo permiten hoy voy a echar mano de otra isla que está sufriendo la misma ferocidad en su carnes: Venecia. En este aspecto son como dos gotas de agua, nunca mejor dicho, pues ambas viven y están rodeadas de ella.

Venecia está construida no en una sino sobre varias islas en una laguna del mismo nombre y como Ibiza sufre las trombas de visitantes en fechas señaladas que ponen literalmente en peligro su supervivencia. Ambas islas son pequeñas, Venecia 414 km, por 572 Ibiza y las dos han tenido profundos contactos con los fenicios en sus orígenes.

En puentes y durante el verano, las autoridades vénetas emprenden una campaña operativa para mantener la funcionalidad y la seguridad del recinto urbano, que según se sabe no está edificada propiamente sobre las islas primigenias, sino sobre estacas de madera. Conservadas por la salinidad, pero hoy puestas en riesgo por... las vibraciones de los motores de las barcas.

Pero el gran problema de Venecia es el mismo de Ibiza: la gente, las manadas, las turbas, la tsunami demográfica que masacra la tranquilidad, los nervios y las infraestructuras de la ciudad flotante. ¿Les suena de algo? Otro problema agudísimo es la vivienda. De hecho, muchos vénetos de toda la vida están abandonando su hogar y venden las propiedades que han alcanzado unos precios irracionales. Ahora los políticos locales caen en la cuenta de que los orgullosos nativos mantenían viva y en pie la ciudad y temen por la velocidad de los cambios. Basta una búsqueda en Internet para encontrarse con las casas de campo en Ibiza a precios de seis millones de euros y mucho más. Somos la diana de los especuladores, a quienes les da lo mismo Ibiza y los ibicencos. No respetan nada y en realidad muchos de nuestros políticos están a la altura del fango de las lluvias. Ibiza necesita una fuerte barrida de políticos. Vienen elecciones.
@MarianoPlanells