La mano derecha del alcalde de Ibiza, teniente de alcalde de Hacienda, Alfonso Molina lleva cinco días siendo portada de Periódico de Ibiza y Formentera por un asunto que pone en entredicho su honradez pero él decide que no hace falta dar explicaciones. Cinco días sin dar la cara, sin exponer sus argumentos sobre las graves acusaciones de un posible fraude de sus empresas en cursos de formación para desempleados y que el mismo SOIB le echa en cara. Los periodistas que han cubierto la noticia se han cansado de llamar a su teléfono o de pedir, vía oficial a través del gabinete de comunicación de Vila, unas declaraciones del político socialista. Incluso se le ha invitado a participar en tertulias y entrevistas para esta casa. La callada por respuesta. Al menos a este Grupo de Comunicación. Después del revuelo causado por las innumerables deficiencias (por decirlo con palabras suaves, como emplea el alcalde Rafa Ruiz) que supuestamente ha cometido con la gestión de subvenciones públicas, hasta los partidos políticos (todos excepto PSOE) han exigido a Molina que salga a dar explicaciones. Lo lógico en un caso así es que el teniente alcalde de Ibiza hubiese convocado una rueda de prensa para todos los medios de comunicación. Eso hubiese sido lo lógico, como digo, desde el punto de vista profesional y teniendo en cuenta que hablamos de una persona inteligente que sabe perfectamente cómo funcionan los tempos en política y en periodismo. Después de cinco días, Alfonso Molina decidió ayer que los ciudadanos que le han votado (y los que no) conociesen su versión de los hechos a través de determinados medios de comunicación, los que él eligió, y dejando al margen a otros, como Periódico de Ibiza o Televisió d’Eivissa i Formentera, donde no quiso pronunciarse. Casualmente los dos medios de comunicación que han informado desde el principio sobre el tema y que han enseñado en exclusiva el duro informe con la resolución final del SOIB. Cada cual es bien libre de proceder como le parezca y me hago cargo que no será fácil enfrentarse a la prensa en un caso tan delicado como éste. Pero no puedo, como profesional de medios de comunicación que soy y con bastantes años de experiencia a mis espaldas, más que criticar la opción de Molina de excluir a medios de comunicación de la isla para hablar de un tema de interés público como este. Su cargo es público, y aquí de lo que se está hablando es de si este trabajador público ha obrado o no correctamente. Las explicaciones se deben de dar desde una tribuna pública y a todos los medios de comunicación que deseen libremente acudir a cubrirla. No se puede ser tan sectario en un caso como este en que lo que está en juego es la honradez del concejal de Hacienda y mano derecha del alcalde.