Mientras el PP de Vila continúa planteándose si solicitará o no la dimisión del Sr. Molina, este ya lo ha dejado. Haciendo caso a su conciencia, a las pruebas, a sus jefes o quizás a quienes se lo hemos pedido reiteradamente, finalmente ha renunciado al cargo. Tras las últimas informaciones publicadas sobre su gestión frente a una trama empresarial plagada de irregularidades y las excusas prácticamente vacías, quedaba escaso margen de maniobra.

En este tema, lo poco que se le puede agradecer es la brevedad que ha durado la polémica, únicamente una semana. Quizás por la contundencia del informe del SOIB, quizás por las inexacta y dudosas explicaciones o quizás por todo lo que aún no sabemos del caso Eivissa Crea, el tira y afloja ha durado poco. Afortunadamente, esto ha evitado un perjuicio aún mayor a una institución, el Ayuntamiento, que se merece una legislatura de trabajo y gestión sin polémicas. Evidentemente no es el caso de esta 2015-2019.

Ahora se abren multitud de interrogantes, cuestiones que es preciso plantear dada la importancia del Ayuntamiento en el día a día de la ciudad:

Para comenzar tenemos un Alcalde el Sr. Ruíz, que ha quedado sin su mano derecha, su escudero, su consejero y sobre todo, su cabeza pensante. Lo bueno de esta situación es que ahora dispone de una ocasión de oro para demostrar su valía al frente del Ayuntamiento, su capacidad de negociar, de organizar, de gestionar, de debatir (sin enfadarse), etc... En cambio, lo malo es que se confirme que aquellos que dudamos de sus cualidades como gestor y que consideramos que es políticamente mediocre, tengamos razón. En breve lo sabremos.

También es importante plantear ¿cómo afectará esta carencia en la relación con los medios de comunicación o con la oposición en los Plenos? Recordemos que la asistencia del Sr. Molina a las ruedas de prensa era continua, aunque el tema a tratar le tocase de refilón. Más importante si cabe, era su posición en el Pleno acudiendo a defender cualquier tema especialmente “sensible”. ¿Quién acompañará a los concejales “flojitos” ante la prensa? O ¿Quién intentará ocultar con un agudo “trilerismo dialéctico” las irregularidades y la deficiente gestión del Sr. Alcalde y demás concejales?

Otra de las cuestiones importantes es ¿quién se hará cargo de las numerosas áreas que gestionaba el Sr. Molina?, ingente trabajo que hay que reconocerle, por cierto. ¿Están capacitados el resto de concejales para asumirlas? ¿Podrán cubrir el hueco dejado? ¿Cómo lo harán?

Con una ciudad sin la limpieza que se merece, sin aparcamientos, sin un servicio de taxis que funcione correctamente, sin viviendas (aunque sigue habiendo cuatro vacías en sa Penya), sin movilidad de vehículos, sin Parador, sin un centro en es Gorg para los más desfavorecidos, sin Palacio de la Música, sin Orquesta Sinfónica, sin recuperación de la UA27, sin un Patrimonio cuidado y conservado, sin un trato legal e igualitario para todos los funcionarios, sin una Policía Local bien gestionada y dotada, y ahora sin “alcalde en la sombra”, a un año de las elecciones comienza el principio del fin.