Pensábamos que la Transición había puesto punto final a la Guerra Civil, han pasado 82 años pero Pedro Sánchez, a falta de ideas más productivas y modernizadoras, quiere retomar lo de la memoria histórica. En el Archivo Histórico Nacional se encuentra el expediente de Formentera de la Causa General de la Guerra Civil. El fiscal instructor del mismo fue Luis Mazo. En la planilla formenterana (exp. 2/caja 1458) aparecen cuatro asesinatos. Uno de ellos tras vejaciones por las calles de Vila (lo debió ver por lo menos alguna gente), se ejecutó en Ibiza, y los tres de Formentera se produjeron el mismo día en que los milicianos desembarcaron; o sea el 7 de agosto. Los datos que aparecen reflejados en la Causa General son: (1) el asesinato del sacerdote Antonio Roig Guasch que tenía 45 años, muerto en Ibiza por unos que, se dicen, son desconocidos, el 10 de agosto de 1936; (2) el del también sacerdote, este de 25 años, Juan Torres Torres, cuyo cadáver apareció en el mar, fue fusilado por una partida de «milicianos forasteros», Juan era ecónomo de la parroquia del Pilar de Formentera; (3) la muerte del sargento Lucas Ramón Cardona, 46 años, cuyo cadáver tiraron también al mar; (4) y la del cartero Bartolomé Torres Planells, de 32 años, los nombres y apellidos de sus ejecutores no son conocidos y si alguno era conocido prefirieron callarse. No ocurrió lo mismo con los daños en las iglesias y en ese punto si se dieron nombres, algunos de ellos habían ya muerto y otros se habían exiliado en Francia, aunque hubo algunos que sí fueron detenidos. Según este expediente hubo robos de poca monta en casas de derechistas (joyas) y los retablos, imágenes y muebles de las iglesias se incendiaron en la plaza pública.