En principio la renovación del PP no existe porque están los mismos aunque ahora parece que con distinto collar, Feijoo se apartó de la carrera por razones que todavía ignoramos y quitando al jefe de la Xunta, el PP no tiene a nadie con peso político, de modo que no les queda otra que apostar no tanto por lo nuevo sino por uno casi nuevo que va a ser, espero, Casado.

Es decir todos los que se han presentado a liderar el partido y probablemente el país son de la nomenclatura, es verdad que Casado sería el que menos y es el que más me gusta a mí porque es el que menos le gusta a Zapatero (¡vaya favor que le ha hecho Zapatero a Soraya!) y porque de entrada es educado y guarda las formas, algo que en política yo valoro mucho tras la presencia en el Congreso de tipos y tipas que nos dejan patidifusos con su indumentaria mental y física.

Por otra parte, a Casado lo veo mucho en Madrid en presentaciones de libros importantes y ver a un político en actos culturales no suele ser nada habitual. De Soraya se dicen muchas cosas, incluso que es intrigante, pero lo cierto es que ha sido la segunda del Registrador de la Propiedad y si lo que se quiere es remozar un partido para que pille votos de la parte más sensata del PSOE y de la parte menos sensata de Ciudadanos, pues no parece que sea la lideresa adecuada.

En un momento en que un Sánchez disparatado anda luchando con los molinos de viento, hacen falta, y con urgencia, políticos sensatos (Rivera, Casado) que devuelvan la cordura a un país en el que mandan Sánchez, Carmena, Colau, los de Arran, Torras, Rufián, Coleta y tantos chicos de aluvión.