Nos vamos acercando a nuestras fiestas patronales, la Solemnidad de la Virgen de las Nieves que, como sabéis, es el próximo domingo, preparada con un triduo que celebraremos los días 2,3 y 4 de agosto en la Parroquia de Santa Cruz, y la fiesta de San Ciriaco, Diácono y mártir, que tenemos el miércoles 8 de agosto.
Y para nuestro bien, siempre tenemos fiestas de santos y santas, que repasando su vida y enseñanzas nos son una gran ayuda para nuestra vida. Y hoy tenemos la fiesta de dos santas mujeres que fueron muy amigas de Jesús en sus años de vida en la tierra y en consecuencia aprendieron de él tantas buenas cosas para vivir como preparación para ir al cielo. Por eso os hablo hoy de esta fiesta, que está mañana la celebraremos en la Parroquia de Santa Eulalia y esta tarde en la Santa Iglesia Catedral.
Marta y María eran hermanas de Lázaro y discípulas y amigas de Jesús, vivíendo en el pueblo de Betania, que está cerca de Jerusalén. Marta, su hermana María y su hermano Lázaro eran amigos muy cercanos de Jesús, a quien hospedaban en su casa durante su tiempo de predicación en Judea. Marta se presenta como ama de casa, centrada y ocupada en las labores del hogar para darle una bienvenida digna al Redentor.
Marta aparece también en el Evangelio durante el trágico evento de la muerte y resurrección de Lázaro donde, arraigada en sus creencias antiguas, creía que su hermano Lázaro resucitaría el último día, mientras que Jesús le dice que Él es la resurrección y la vida, y ella responde con una declaración de fe hermosa muy semejante a la de San Pedro: «Señor, creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo».
Todo lo que sabemos de ellas es lo que está escrito en los evangelios de Lucas y Juan. Jesús amaba a Marta, María y Lázaro. Esta es una declaración que se describe en el evangelio de San Juan, en la que el mismo nos habla de la especial relación que Jesús tenía con Marta, su hermana y su hermano (Cfr Juan 11,5)
La historia de Santa Marta nos inspira a todos por su relación amorosa con Jesús, su espíritu de acogedora hospitalidad, su coraje en medio de las dificultades y su presencia compasiva al servicio de todos. Que podamos seguir su ejemplo de acoger al Señor que viene, y servirle con devoción y amoroso celo.
Santa Marta es la patrona de los cocineros, mayordomos, sirvientes, amas de casa, empleados domésticos, lavanderos, posaderos y hostales. Así, en consecuencia, es patrona de muchos de Ibiza y Formentera.
Además, desde hace casi cuarenta años existe una buena congregación de religiosas que se llama Congregación de Marta y María, fundada en la ciudad de Jalapa, Guatemala, el 6 de enero de 1979, por Monseñor Miguel Ángel García Arauz (QDP) y Madre Ángela Eugenia Silva Sánchez. Bajo la acción del Espíritu Santo eligieron para esa Congregación el nombre de Marta y María, las dos santas de Betania, con el Carisma: Amar a Jesús presente en la Iglesia, presente en la Eucaristía, y de manera especial presente en los que sufren, ya sea física, moral, o espiritualmente, viendo en ellos el rostro de Jesús, atenderles con las manos de Santa Marta y amarles con el Corazón de Santa María, para honra y gloria de Dios.
Y aquí en Ibiza tenemos esa Congregación porque se lo pedí cuando Juan Pablo II me hizo Obispo de Ibiza y enseguida aceptaron. Las Hermanas de Marta y María atienden en la Catedral, que es tan visitada por los residentes y por los turistas, y también prestan su servicio en la Residencia de Ancianos Reina Sofía, siendo una buena y excelente ayuda para los que viven allí.
Por todo ello que os comparto en esta ocasión, Marta y María son dos buenas santas que nos enseñan buenas cosas en la relación y trato con Jesús y dos santas que están bien representadas en nuestras Islas de Ibiza y Formentera.