Después Nos juraron y requetejuraron que la Unión Europea iría mucho más allá de lo económico, que sería una unión de valores y con unos principios comunes para todos y cada uno de los países miembros. La cruda realidad es que cada vez más, Europa es menos Europa y es más Banco Europeo, troika y Merkel. Con el asunto de los inmigrantes subsaharianos ha quedado patente el hecho de que estamos sólos, que a nadie le importa y que por mucho que diga Merkel, España sigue estando sóla afrontando una crisis humanitaria que nos ha desbordado. Se pasan la Convención de Ginebra por el soberanísimo arco del triunfo. Esta Europa nuestra es cada vez más fría, menos empática y más insolidaria. En Bruselas sólo son capaces de ponerse de acuerdo en todo lo que tenga que ver con sacar pasta de los ciudadanos, de las empresas o de lo que se tercie porque lo único que les importa son los cuartos. Les da igual que mueran cada día inmigrantes en el Mediterráneo. Les da igual que los gays vivan marginados en Italia, Hungría o Polonia. Les importa poco que cada vez haya más pobreza mientras va desapareciendo la clase media que cada vez vive más asfixiada. Nos estamos latinoamericanizando a pasos de gigante. No luchan contra las grandes empresas que siguen desviando sus beneficios a paraísos fiscales. Les da igual que haya refugiados hacinados en Turquía porque no les dejamos entrar en esta nuestra Europa de primera. Los políticos están creando el caldo de cultivo perfecto para que los inmigrantes que sí han conseguido llegar vivan atemorizados ante el aumento de las agresiones xenófobas en España, Alemania, Francia o Suecia ante la pasividad de la mayoría silenciosa que incluso lo justifica. Nos las damos de civilizados pero cuando rascas un poco sale la Europa racista, egoísta y ante todo económica. ¡Así no!