El pasado sábado se celebró una vez más el Día Sin Coches a lo largo y ancho de esta España nuestra tan tensa e intensa. Como cada año los detractores se quejan de lo absurdo y sin sentido de este día que según ellos sólo sirve para perjudicar al comercio y al pobre contribuyente que ni por un día puede dejar el coche aparcado y caminar un poco o utilizar el transporte público. En Baleares sufrimos de "cocheadicción" y es que sin coche no somos nadie, somos sólo unos parias. Tener coche propio es cuestión de estatus. El transporte público es para estudiantes y venidos de fuera varios pero no para un balear de verdad de la buena, de pura cepa. Lo que si es cierto es que si desde las diferentes instituciones quieren potenciar el uso del transporte público lo primero que deberían hacer es poner más autobuses y más frecuencias para que ir en bus no se convierta en una pesadilla. En estos tres años de Govern del Pacte hemos oído muchas promesas sobre trenes, tranvías y autobuses mega modernos y ecológicos pero a la hora de la verdad lo cierto es que hasta ahora que ya se acercan las elecciones no se ha hecho demasiado. En el PP como siempre se oyen voces en contra de lo que tenga que ver con lo público y es que si por ellos fuera construirían autopistas y aparcamientos hasta que no quedara ni un centímetro sin edificar. La derecha cuando no gobierna es mala y cuando gobierna es aún mucho peor. Hace falta valentía por parte de nuestros políticos para empezar de una vez por todas a potenciar el transporte público y empezar a aparcar todo lo que tenga que ver con el uso del automóvil privado. No valen excusas porque el futuro es aquí y ahora. La única manera de reducir el uso del automóvil es ofreciendo una alternativa eficiente, cómoda y ecológica.